Nació el 26 de febrero de 1787 en Lyón (Francia). Sus padre, a pesar del peligro que corrían, se preocuparon de que sus hijos fueran educados cristianamente, ayudados por sacerdotes y catequistas clandestinos escondidos durante la persecución revolucionaria. Pasada la tempestad, Andrés ingresó en el seminario menor (1804) y es ordenado sacerdote el año 1812.
Desde 1815 hasta 1825 su trabajo apostólico como misionero fue verdaderamente espectacular: dirigió o participó en más de 50 misiones que solían tener un mes de duración. Por otra parte, el encuentro con dos niñas ateridas de frío a la entrada de una iglesia de Saint Nizier, durante el invierno de 1816, despierta en el P. Andrés la inquietud por la niñez y juventud abandonada y descristianizada. De esta semilla nacerá la Congregación de religiosas de Jesús-María (1818). A ello le ayudó Claudia Thévenet.
Tres años más tarde hará algo similar para niños: funda el Instituto de Hermanos del Sagrado Corazón (1823). No escatimó ningún esfuerzo apostólico. Murió a la temprana edad de 39 años, el 30 de mayo de 1826. Es un verdadero mártir del apostolado.