Nació en St. Pierre de Maillé (Francia) el año 1752. De corazón bueno y generoso, era inclinado a la vida fácil y agradable. Se vio casi forzado a abrazar el sacerdocio, completando la saga sacerdotal de la familia tanto paterna como materna.
Vivió sus primeros años sacerdotales con honradez, pero no con radicalidad. El reproche de un mendigo al ver la mesa bien surtida de Andrés le forzó a abandonar su mediocridad y a entregarse completamente al servicio de Dios y de los hombres. A partir de este momento fue modelo de ascesis y de sacrificio.
Debido a la revolución francesa hubo de ejercer su ministerio en la clandestinidad y tuvo que exiliarse al pueblo navarro de Los Arcos. La descristianización y pobreza de la Francia posrevolucionaria encenderán aún más su celo apostólico y su entrega a los pobres. En unión con Sta. Juana Isabel Bichier des Ages fundará el Instituto de Hijas de la Cruz. Allá donde haya una persona que sufre debe estar presente una Hija de la Cruz, que muestre el rostro paternal de Dios a cada uno de sus hijos.
Andrés murió el 13 de mayo de 1834, no sin antes responder a Juana Isabel que le preguntaba cuánto había que dar a los pobres: “Siempre, hija mía, y a manos llenas, sin esperar a que vengan a pedirlo”.
Fue canonizado por Pío XI el 4 de junio de 1933. Pocos meses después murió Juana María –26 de agosto de 1834–. Fue canonizada por Pío XII el 7 de julio de 1947.
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