Nació en Langasco (Italia) el año 1791. Mujer simpática, atractiva y buena. Se casó en 1816 con Juan Bautista Frasinello. Dos años más tarde, y de común acuerdo, hicieron voto de castidad. Durante ocho años se dedicaron a las obras de caridad y a la catequesis.
Posteriormente Juan Francisco ingresó en los PP. Somascos y Benita en las Ursulinas. Pero una enfermedad la situó nuevamente en la casa paterna. Dios la quería madre de las niñas jóvenes mendigas de pan y de cariño que deambulaban por Pavía. Allí fundó una familia fundamentada en el amor y en la pobreza, en el trabajo y en la buena economía y, sobre todo, en la confianza en Dios. Soportó estrecheces, penalidades, insultos, calumnias y la expulsión de Pavía.
“Formar mujeres cristianas, útiles a sí mismas y a la sociedad” es la finalidad asignada a su fundación: Hermanas Benedictinas de la Providencia.
Murió la Madre Benita el 21 de marzo de 1858. Fue beatificada por Juan pablo II el 10 de mayo de 1987.