El 6 de octubre de 1861 las dos primeras Madres –Filomena y Juana– se establecieron en Treppio (Italia). Les unía una misma fe y un mismo ideal: la educación de las niñas y jovencitas del pueblo. Habían asimilado su espiritualidad en la basílica de la Sma. Anunciata de Florencia, regida por los Siervos de María. En la basílica florentina tomaron el hábito. Inspiradas en la devoción mariana, fueron configurando paulatinamente su ideal de “humilde servicio”, como María, a favor de la infancia abandonada.
Filomena y Juana, acogiendo con docilidad la inspiración del espíritu, fueron fieles al plan de Dios sobre ella. Hicieron “un poco de bien” a los hombres de su tiempo. La congregación por ellas fundada –Hermanas Mantellate, Siervas de María– continúan haciendo “un poco de bien” a los hombres de este tiempo.
Las Hermanas Mantellate celebran el día de su nacimiento en la Iglesia el 6 de octubre.