Nació en el castillo paterno de Loyola (Guipúzcoa) el año 1491. Aunque no era militar defendió el castillo de Pamplona frente a los franceses. Allí fue herido el 20 de mayo de 1521. La lectura de la vida de Cristo y de los santos transformó a aquel caballero “desgarrado y vano” en un siervo del “Rey eterno y universal”.
Se dirigió en peregrinación a Tierra Santa pasando por Aránzazu y Montserrat. En la cueva de Manresa escribió el que llegaría a ser el famoso libro de los Ejercicios Espirituales.
Inicia los estudios eclesiásticos a los 33 años. En París se gradúa en teología (1535). Otros compañeros de estudios comparten las mismas inquietudes que Ignacio: seguir a Jesús y trabajar apostólicamente en pobreza y en castidad, si es posible en Jerusalén y, si no, donde el Papa les ordene. Estamos en los inicios de la Compañía de Jesús, aprobada por Paulo III como orden religiosa de sacerdotes que, sin los elementos tradicionales de la vida religiosa de entonces, se dedican a ir por el mundo donde haga falta para buscar la mayor gloria de Dios.
Murió Ignacio el 31 de julio de 1556. Fue canonizado por Gregorio XV en 1622.
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