Nació en Barcelona el año 1828. La búsqueda de Dios como “fuente y base de su existencia” la mantiene sensible a las carencias de su tiempo. Supo traducir las exigencias evangélicas al ambiente social de la Barcelona del siglo XIX.
Conocedora de la historia mercedaria, reanuda el camino iniciado por la santa de María Cervelló en el siglo XIII, creando un nuevo estilo de vida, plenamente abierta a las necesidades de su época. El instituto por ella fundado –Religiosas Mercedarias Misioneras– se inspira en el espíritu de la Merced, centrado en la fe, en la caridad y en la redención de los hermanos.
A partir de la propia liberación, la mercedaria misionera está llamada a practicar la caridad como signo de redención el servicio de la fe con María y como María.
Lutgarda murió el 9 de agosto de 1862, a los 34 años de edad.