María Josefa Sancho de Guerra nació en Vitoria el 7 de septiembre de 1842. Un accidente sufrido a los dos años la dejó tullida. No sirvieron los médicos ni las medicinas para devolverla la salud, pero sí la intercesión del arcángel San Miguel, venerado en el monte Aralar (Navarra).
Estudia las primeras letras en una escuela pública. Llama la atención su tendencia a la soledad. Muere su padre cuando María Josefa contaba 7 años. Hacía el año 1854 María Josefa es enviada a Madrid, a casa de unos parientes, en busca de una educación más completa. De regreso a Vitoria le confía a su madre el deseo de ser religiosa. A los 22 años ingresa en el instituto de las Siervas de María. Pero el Señor no la quería Sierva.
Tras seis años de dudas y zozobras, y deseosa de una vida austera y comunitaria, abandona el instituto junto con dos compañeras. Pasados unos días, las tres se dirigen a Bilbao, donde sabían que se estaba gestionando el establecimiento de un instituto religioso de caridad. Las tres serán la semilla del nuevo instituto, llamado Congregación Siervas de Jesús, del que fue formadora durante 30 años María Josefa, y general del mismo hasta la fecha de su muerte, el 20 de marzo de 1912. Fue beatificada por Juan Pablo II el 27 de septiembre de 1992.
Enlaces recomendados
