Nació en Jaén el 21 de agosto de 1835. Fue ordenado sacerdote a los 24 años. Siendo párroco de Jaén, funda y dirige la revista “La Fe Católica”. A los 36 años llega a Granada como canónigo lectoral. Allí funda la Congregación de la Presentación de la Virgen María de Granada, dedicada a la educación de niñas y jóvenes, como réplica al ateísmo y descristianización de la época.
En 1891 es consagrado obispo de Teruel. Su acendrado amor a la Iglesia le acarreará muchos sufrimientos. Pasa a la diócesis de Guadix el año 1894, donde permanecerá hasta su muerte. Durante este periodo es nombrado dos veces senador del reino. Movido de un amor intenso a Dios y a los hombres, D. Maximiano no reparó en esfuerzos y trabajos en su celo por defender a Dios y a la Iglesia.
Mostró su exquisita caridad con los presos, ancianos, enfermos y pobres. Cuando murió, el 24 de julio de 1907, la reina María Cristina dijo de él: “No he conocido en mi vida un obispo más simpático, más ilustrado y más humilde” Se ha incoado el proceso de su beatificación.