Nació en Mas-Saintes-Puelles (Francia) hacia el año 1180/2. Fallecidos sus padres, él, mercader, se instala en Barcelona.
Una “experiencia espiritual de inspiración mariana” convierte al mercader en redentor de cautivos. Esto sucedía en la noche del 1 al 2 de agosto de 1218. El 10 de agosto de 1218 fundó la Orden de la Merced (Redentora de cautivos), en la catedral románica de Barcelona. El obispo Palay le dio la cruz blanca de la catedral y el joven rey Jaime I le entregó el escudo –cuatro barras rojas sobre fondo de oro– del Reino de Aragón. Con Pedro Nolasco se encontraban otros laicos, súbditos de Jaime I, con los que nace la Orden Mercedaria.
Las limosnas, colectadas o recibidas de donaciones, tiene una finalidad principal: redimir cautivos. Nolasco admitió incluso a matrimonios, con sus bienes, como hermanos de la orden. La visita y liberación de cautivos fue la obra principal de los Mercedarios hasta las vísperas de la revolución francesa.
Hoy intentan “redimir de las nuevas formas de cautividad”. La Iglesia celebra la festividad de San Pedro Nolasco el 13 de mayo.
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