Nació en Cancale (Francia) el 26 de octubre de 1792. Una tarde de invierno de 1893 abre su corazón y su casa a una anciana ciega y medio paralítica que vivía en total sole-dad. Juana le cede su propia cama. Este gesto la comprometerá para siempre. En 1843 ya son 40 las ancianas acogidas por Juana y las tres compañeras que se le han unido. Éstas le han elegido como superiora de la pequeña comunidad que, formada por las cuatro, se encamina hacia una verdadera familia religiosa: Las Hermanitas de los Pobres. Pronto Juana es destituida de su cargo. Dios la quiere así, interpreta Juana, que de dedica desde ese momento a pedir limosna para los pobres. El arrinconamiento de Sor María de la Cruz (nombre de Juana en religión) es cada vez mayor. Ella continúa pidiendo limosnas para sus pobres y convive con las novicias los últimos 27 años de su vida. Tiene tiempo para inculcarles el espíritu de los orígenes. Murió el 29 de agosto de 1879. Hasta 1902 su congregación no sabrá que Juana es la verdadera fundadora, y no la tercera de las fundadoras, como era llamada. Fue beatificada por Juan Pablo II el 3 de octubre de 1982. La memoria de la Bta. Juana se celebra el 29 de agosto.