
Nació en Zaragoza el 27 de julio de 1906. La pobreza y el sufrimiento marcaron su vida y aquilataron su personalidad humana y cristiana. Durante diez años y medio estuvo ciego, sorda y medio paralítica, con quistes y tumores por todo el cuerpo. Recobró la salud de un modo extraordinario el 8 de diciembre de 1939. En la escuela del sufrimiento aprendió a ser fuerte en el dolor, en la pobreza, en su amor a los pobres.
El Señor le fue preparando para que su desprendimiento fuera total, su amor a Cristo indiviso y su cariño a la Virgen filial. Con esta riqueza se instaló en Madrid el 15 de diciembre de 1939. Quería fundar una congregación de Misioneras que atendieran a los pobres de los suburbios, comenzando por Vallecas. Dos años después es aprobada la Pía Unión de “Misioneras de Jesús, María y José”.
La fundación iba en auge, pero María Pilar ve ante sí “una cruz larga y pesada”. En 1944 hubo de retirarse, con la anuencia episcopal, de la Pía Unión. El 27 de agosto de 1945 moría en San Sebastián, después de haber predicho que la Obra volvería a aparecer en la Iglesia. Así sucedió en 1948, de mano del obispo de Calahorra-La Calzada, con el nombre de Obra Misionera de Jesús y María. Fue beatificada por Juan Pablo II el 4 de noviembre del 2001.