La 47 Semana Nacional para Institutos de Vida Religiosa bajo el título “Jóvenes, Discernimiento y Vida Consagrada” dio comienzo, tal y como estaba previsto, el día 5 de abril en Madrid. El momento inicial vino marcado por los saludos de los diversos invitados: Mons. Carlos Osoro, Doña Mirian Cortes, rectora magnífica de la UPSA, M. Mª Rosario Rio, Directora de CONFER, Doña Vicenta Estellés, presidenta de CEDIS y el P. Pedro Belderrain CMF, superior provincial de los Misioneros Claretianos.
A continuación tuvimos un pequeño momento de oración dirigido por el señor cardenal que nos insistió de forma apremiante en la fuerza de la alegría del Resucitado, con invitaciones valientes para nuestro ser consagrados que pasa por reconocer y volver a Cristo como fundamento de nuestra vida, con otra invitación valiente a ser Iglesia desde la praxis de Cristo que apuesta por la cercanía a todos los hombres, a todo el hombre, sin importar ideologías o bandos, de ahí que nuestra posición eclesial debería ser la de situarnos en la actitud del Señor Resucitado. Destaca el cardenal: “La Iglesia de Cristo es partidaria de salir a los caminos de todos los hombres, sin ideología, sin partidarios”.
A continuación tuvimos la oportunidad de escuchar a los demás miembros de la mesa que entre gratitudes y felicitaciones pascuales nos apuntaron ideas tan interesantes como la importancia del testimonio para los jóvenes (Mirian Cortés), la necesidad de transparentar la alegría de nuestra opción por Cristo (Mª Rosario), el reto de vivir la consagración desde la vida ordinaria (Vicenta Estellés) o lo acertado del tema elegido viendo la historia de las semanas y sus diversas reflexiones sobre la juventud (Pedro Belderrain). El momento álgido de la tarde vino de la mano de D. Carlos Herrera, que nos expresa, en clima distentido, la importancia de estar atentos a la vida de los jóvenes. Un pilar fuerte, desde su punto de vista, es el fenómeno de las cofradías como elemento que revaloriza la religiosidad popular, la caridad y una expresión pública de la fe a pesar del riesgo que corre de ser flor de un día. Es consciente que vivimos en un mundo plural que nos complica poder comprender a la juventud, pues se sitúan ante retos, problemas, fenómenos muy distintos a los que las generaciones precedentes se pudieron enfrentar. Afirma que «las generaciones jóvenes tienen otros diagnósticos y otros tratamientos de los que podrían haber tenido las generaciones precedentes» por tanto no podemos vivir con prejuicios. Otro elemento importante es el papel que juegan las redes sociales en nuestro día a día, que pueden llevar a las personas a vivir encerrados en la individualidad y plantear su horizonte vital desde el otro lado de una pantalla que nos posibilita conectar con personas muy distantes físicamente, pero con el riesgo de distanciarnos de quienes tenemos más cerca.
En este clima distendido continuó el dialogo con el humor propio de Herrera tocó temas tan interesantes como la persona del Papa Francisco y Benedicto, su trayecto con los medios de comunicación social y la Iglesia con afirmaciones tan hermosas como la de que “todos los que estáis aquí miráis el cielo a través de las personas” y la necesidad de dar testimonio y compartir esta experiencia que, si nosotros no somos capaces de contar, dejemos que otros como él lo hagan por nosotros.
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