Sentire cum Christo et cum Ecclesia, primer coloquio de la 50º Semana Nacional: “Desde el Señor Resucitado, podemos ir sin miedo a las periferias”
Intervinieron el Card. Joao Braz de Aviz, la M. Jolanta Kafka, rmi, y el P. Arturo Sosa, sj
Comenzó el coloquio de la tarde, que llevó por título ‘Sentire cum Christo et cum Ecclesia’, con la intervención del Card. Joao Braz de Aviz comentando los principios generales de renovación de la vida religiosa expresados en el decreto conciliar ‘Perfectae Caritatis’, firmado por Pablo VI en 1965. El cardenal brasileño, Prefecto de la Congregación de los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica se mostró tajante al afirmar, en la línea de las enseñanzas aprendidas del Concilio Vaticano II, que “sin la tensión constante a permanecer discípulos del Maestro, se vacía completamente la belleza del carisma y se permanece en las apariencias de una vida cristiana. Esta verificación hoy es necesaria en toda la vida consagrada”, para afirmar a renglón seguido que “seguir a Cristo comporta también tener una visión de fe con relación a Pedro y a sus sucesores. ¿Cómo vivir hoy una vida consagrada sin escuchar de modo profundo las orientaciones de Papa Francisco? Solo así́ tiene sentido seguir al fundador o la fundadora. Ellos también, antes que nada fueron discípulos de Jesús y veían a la Iglesia siempre como Madre”
Más que revestir el carisma de planteamientos humanos, hoy “tenemos que construir el camino con Jesús en una conversión concreta, ya sea personalmente como también en nuestra vida comunitaria y social. Se trata de ser libres para dejar al Señor actuar. Esto comporta más que “docilidad”, una “docibilidad”, es decir, dejarse conducir por el Señor en todo”, continuó el prelado.
“Reducir las llamadas de Él a nuestros esquemas solidificados resultaría una caricatura de seguimiento de Jesús. Por eso es el momento de reformar nuestro modo de pensar, sobre todo, en nuestro camino de formación”. Y desde esa óptica, quiso hacer hincapié en un nuevo estilo de formación, la formación dinámica. “No hay ya lugar para una formación estática, la que se hace de una vez para siempre. Somos convidados a entrar en una que nos motive a vivir en búsqueda, a escuchar las nuevas invitaciones que el Espíritu Santo nos hace en los distintos momentos que se nos regalan”, abundó.
Sinodalidad y fraternidad
“Sinodalidad y fraternidad son los criterios indispensables para que actualicemos nuestro seguimiento de Jesús”, advirtió Braz de Aviz. “Y algunos campos que necesitan esta renovación, esta nueva formación, son sin duda el campo de la autoridad y de la obediencia, de la relación hombre-mujer, así́ como el de la economía al servicio del Reino de Dios”, prosiguió en su exhortación. Pues a ojos del prelado, “si la autoridad no es servicio, se convierte en abuso que a veces llega a ser abuso de conciencia y en ocasiones llega a manifestarse en abuso sexual”. Por otra parte, “una obediencia ciega, que lleva a no manifestarse, bloqueada, sin un clima de diálogo constructivo, tiene como resultado la enfermedad y se vuelve incapaz de resolver una situación”.
Respecto a la reciprocidad entre hombre y mujer, el prefecto concedió que “Nuestros modelos de vida como consagrados, nuestras estructuras de organización y de gobierno crearon en el pasado una mentalidad en la cual se acentuaron las diferencias entre hombre y mujer, de tal modo que se perdió́ la conciencia de esta igual dignidad y complementariedad. También las mujeres consagradas fueron colocadas al margen de la vida de la Iglesia, de la pastoral y de su misión. Las cosas empezaron a cambiar con el Concilio Vaticano II”. Pese a todo, “el proceso de maduración en la reciprocidad hombre-mujer necesita aún crecer”.
Por último, no quiso despedirse el cardenal sin antes tener unas palabras referidas a la economía y gestión de los bienes. “Hemos de repensar hoy también el campo de la posesión y administración de los bienes”, admitió. “Dos son las orientaciones que Papa Francisco nos dió en este campo: por un lado hay que poseer profesionalidad y por otro la economía cristiana tiene como característica servir al Reino de Dios”. “Tenemos que volver a la transparencia en materia económica y financiera como primer paso, para recuperar el auténtico sentido evangélico de una comunión real de los bienes al interno de las comunidades y de una condivisión concreta con los pobres y excluidos”.
Seguir a Jesús en tiempos posmodernos
Seguidamente, pasó el turno a la M. Jolanta Kafka. La presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales, ofreció una charla en torno a actualización de la vida consagrada como memoria viviente del modo de existir y actuar de Jesús. Para ello, la religiosa claretiana relacionó en un primer momento las categorías de la sociedad de hoy con su relación con la historia. “Ante el Alzheimer de la sociedad, que paraliza todo movimiento coordinado, resulta vital retomar la memoria como condición indispensable para afrontar cada hoy y cada futuro”, comenzó. “Hablamos del “recordar”, – como en toda la Biblia – no como un mero volver al pasado. Quisiera ir a la memoria de Jesús […] que no es la memoria de un evento como quien celebra aniversarios, sino que es experimentar que el pasado está vivo, de alguna manera, en el presente”.
“Esta memoria, que es don del Espíritu santo, se expresaba en la vivencia que tocaba el sentir. De esta manera la “memoria de Jesús”, antes de ser escrita, se entretejía con la vida de cada día, integrándose en la humanidad”, dijo preguntándose al tiempo si nuestra Cristología no debiera ser más incidente en la dimensión afectiva.
Efectivamente, miles de personas a lo largo de la Historia de la Iglesia, por volver a Jesús, lo comprendieron todo. “La memoria de Jesús es la Buena Noticia de hoy”, afirmó Kafka. Pero ¿qué narración ofrecen hoy nuestras comunidades? “Para narrar una historia hace falta encuentro, y a veces sucumbimos por las prisas. La realidad de la pandemia nos ha frenado, y necesitamos nuevas opciones, nuevas reflexiones. Hemos de traer la memoria de Jesús de nuevo”, aseveró.
Para volver a esta clave “encarnacional” de Jesús, en nuestros discernimientos y búsquedas, solo hemos de escuchar a la Iglesia que nos dice ‘No tengo oro ni plata. Lo que tengo te lo doy en nombre de Jesús. Levántate…’. “Palabras que nos ponen en camino”, exhortó.
Y para ayudarnos, la religiosa claretiana ofreció algunas claves. En primer lugar, el recuerdo de Jesús que se convierte en seguimiento: “Cuando la memoria de Jesús vuelve al centro de las comunidades acontece algo extraordinario, porque no hay memoria de Jesús sin vivir y recorrer su mismo camino”. La segunda clave, es hacer memoria de Jesús en la pasión y en el dolor del mundo, es decir “escuchar y meditar la palabra de Cristo con corazón y espíritu de fe, pero sin cerrar los oídos y los ojos al grito y al sufrimiento de la humanidad de hoy”. “Nuestra salvación es la ‘com-pasión’”, abundó. “Con este misterioso intercambio de la memoria Pascual se recrea también nuestra vocación, que tiene la misma raíz, desde el Bautismo, en la Muerte y resurrección de Jesús”.
Lo indispensable es la experiencia del encuentro personal con Jesucristo
La última de las intervenciones del panel de la tarde fue traída de la mano del Superior General de los Jesuitas, el P. Arturo Sosa, también presidente de la Unión de Superiores Generales. El religioso comenzó explicando el encuentro íntimo de Pablo con Jesús. “A partir de esta experiencia de encuentro, el joven Saulo rehace su vida y misión. Ya no tendrá otro fundamento que la confianza puesta en Jesús. Se convertirá en mensajero de una sabiduría que no es suya, viene del poder del Espíritu”, comenzó.
“Y Pablo tiembla ante la posibilidad de transmitir la Buena Noticia del amor de Dios empañándola de razonamientos humanos. Por eso, la clave será poner al centro la figura de Jesús”, prosiguió, explicando cómo a través de la figura de Pablo, podemos comprender la vida consagrada. “Les invito a volver a las Escrituras y contemplar a Pablo convertido en persona despojada de sí mismo y de todo aquello que pueda estorbar el pregonar la Buena Noticia”. “Vayamos a Corinto, a nuestro mundo globalizado, en el que buscamos vivir nuestra consagración, anunciando el amor que da la vida por todos y por todas, para que la tengamos en abundancia”.
Una misión para la cual “no podemos descuidar el conocimiento de la realidad. El camino de Jesús se inicia en la encarnación, por eso adquirir un conocimiento crítico supone un conocimiento permanente de reflexión”. Por ello “la formación en los religiosos se va haciendo más exigente. Para toda la Iglesia, en general. Para los laicos también. “Pero debemos evitar que la formación se convierta en base de nuestro quehacer apostólico. No es la eficiencia lo que funda la fe de las personas y en los pueblos. Antes bien, todo eso, lo consideramos pérdida y basura en comparación con el conocimiento de Jesús. Lo indispensable es la experiencia del encuentro personal con Jesucristo”, finalizó.
Saludo del P. Mathew Vattamattan, Superior General de los Misioneros Claretianos
Antes del coloquio también pudieron oírse las voces del Superior General de los Misioneros Claretianos, el P. Mathew Vattamattan, que quiso enviar un saludo a los participantes de este evento dando cuenta de cómo a los Institutos de Vida Religiosa que la Congregación mantiene abiertos en diversos puntos del globo “les avala el mismo espíritu que movió a Claret en su deseo de acompañar a los consagrados”, y son misión que capacitan a los evangelizadores. “Evangelización para los evangelizadores”, acertó a resumir.
“Muchas veces me han preguntado si no es imprudente abrir nuevos centros de estudio en medio de la crisis que afecta a las vocaciones y a la vida religiosa hoy”, formuló el misionero. “Es cierto que estamos en un cambio de época, pero los consagrados están en las periferias de las luchas humanas, y necesitamos afirmación y actualización. Hemos optado por estar con los consagrados, convencidos de que son (somos) un hermoso don de Dios en la Iglesia”, respondió.
“La pregunta no es si hay futuro para la vida consagrada, si no cómo vivir la llamada a seguir al Señor en estos tiempos cambiantes. Los problemas no se solucionan con la teoría; se solucionan desde la experiencia. Se trata de decir, con Tomás, ‘Señor mío y Dios mío’”, abundó.
Saludo de Mons. Carlos Osoro
Por su parte, el cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, también quiso dejar constancia de su felicitación y su alegría por estos cincuenta años de vida del Instituto Teológico de Vida Religiosa. “Los religiosos sois la parábola del Buen Samaritano en medio del mundo, los que no se desentienden nunca del mundo”, concedió deseando un feliz encuentro. “Gracias por vuestra consagración, por el encuentro que tenéis con Cristo, por la fuerza evangelizadora que tiene vuestra vida. Si desapareciera la vida consagrada, el rostro de la Iglesia quedaría muy desfigurado”, finalizó.