El arzobispo de Madrid clausuró esta Semana Nacional con un precioso mensaje a la vida consagrada, pronunciado desde el verdadero afecto que le brota hacia ella
“Esta apuesta vuestra por vivir en fraternidad, por mostrar con claridad y sin disimulos lo que en verdad significa la fraternidad, sin teorizaciones, sin recetas, es un regalo de vida a este mundo”. Con estas palabras comenzó el Card. Carlos Osoro, arzobispo de Madrid su mensaje final que clausuraba estas jornadas. El prelado quiso hilar el título de esta Semana Nacional organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa con la carta pastoral ‘Presencias de fraternidad’, que él mismo escribió con motivo de la XXV Jornada Mundial de la Vida Consagrada. “Vosotros habéis mostrado que se puede vivir en un proyecto de entrega, volcados a los demás y centrado en Jesucristo”.
“El colorido de vuestros carismas manifiesta de formas diferentes que generáis fraternidad, confianza y proximidad. ¡Qué importancia tienen vivir estando atentos a las necesidades de hermanos concretos!”, exclamó. “Tenéis un estilo de vida, unos apostolados, unas obras que promocionan la vida humana y que promueven el mismo Evangelio. Con vuestra vida estáis predicando. Estáis consagrados para dar vida al mundo”, afirmó a renglón seguido.
Siempre atento a la vida consagrada española y desde el verdadero afecto que le brota hacia ella, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal animó a los asistentes a estas jornadas de formación, pidiéndoles “mantener la esperanza serena pero apasionada, con sus certezas y compromisos también en medio de sombras, pero anunciando siempre a nuestro Señor”. “Fijaos en María, -continuó Mons. Osoro- turbada frente a aquellas palabras del Ángel del Señor que pedían de ella que prestara la vida. Y María se hizo serenidad y pasión para cumplir los deseos del Señor, para alumbrar el rostro de Dios en este mundo”. “A vosotros, queridos hermanos, sostenidos por la certeza del Señor: os aseguro que Él cuenta con vosotros”, concedió.
Antes de finalizar, el cardenal exhortó a los consagrados a “seguir dando esperanza, mostrando con vuestra vida el proyecto que Dios tiene para los hombres. Es como mejor se reconoce la altura, la profundidad y la belleza que Dios da y regala a todos”. “Es importante que no olvidemos nunca el título que habéis dado a este encuentro de la Semana Nacional. ‘Consagrados para la vida del mundo’. Siempre para la vida del mundo, sin guardar nada para nosotros”.