El sábado 23 de abril, concluyó nuestra 51ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada.
“Hagamos por un momento el ejercicio de aparcar el lenguaje académico, [...] para dejar que fluya, como se decía a sí mismo Don Quijote, la razón de la sinrazón”, invitó el P. Antonio Bellella al término de la 51º Semana Nacional.
Con el título ‘En espíritu y verdad. Adorar a Dios, actuar en la historia’, la profesora de teología dogmática en la Universidad Pontificia Comillas, Nurya Martínez-Gayol Fernández cerró la Semana.
“La vida religiosa se encuentra en tiempo especial, en el que nuestro ser en relación nos reclama particularmente una escucha en el sufrimiento, en el envejecimiento y en el morir”, advirtió José Carlos Bermejo
“Quisiera profundizar en el sentido del tiempo en nuestra historia cristiana y en nuestra consagración”, comenzó animando el profesor Ricardo de Luis Carballada.
“Hoy, más que nunca, es importante promover el diálogo interreligioso desarrollándolo en la línea de la fraternidad y la amistad social, porque es la única manera de responder a la llamada del papa Francisco de ser todos artesanos de la paz”.
El profesor y misionero claretiano comenzó explicando el “nosotros soñado por Dios”, que es también el sueño y la misión de Jesús.
La jornada de la mañana de este primer día de formación en la 51º Semana Nacional de Vida Religiosa llegó a su fin con la conferencia del P. Gonzalo Fernández Sanz, misionero claretiano, que partió de algo plenamente compartido por la audiencia. “Sin Jesús no sabríamos cómo relacionarnos. Él es el hombre por antonomasia”.
“Hablar entre nosotros de relación es hablar de la médula de nuestra vida consagrada”, afirmó el Card. Bocos en la primera de las conferencias de esta LI Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada.
Un manifiesto a favor de una vida consagrada profética fundamentado en textos bíblicos bellamente hilvanados con la sensibilidad de García Fernández, doctora en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana .