Los días 17, 18 y 19 de febrero el Aula Pablo VI del Vaticano acoge el Symposium sobre el Sacerdocio. Congreso Internacional de Vocaciones. Presbíteros, laicos, consagrados, promovido por el Centro de Investigación y Antropología de las Vocaciones y bajo los auspicios del Cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos. El Instituto Teológico de Vida Religiosa se está haciendo presente en él, conscientes como somos de la importancia de afrontar con seriedad en estos tiempos lo que significa vivir con plena conciencia vocacional el sacerdocio bautismal y el sacerdocio ministerial.
En su discurso de apertura, el Cardenal Marc Ouellet ha situado estas jornadas en el contexto desgarrador de los escándalos de abusos perpetrados en el seno de la Iglesia, los cuales exigen de nosotros un perdón sincero y una toma de postura rigurosa y audaz. También en lo que se refiere al modo de concebir y presentar la teología fundamental del sacerdocio hoy. Ouellet ha destacado que, si bien se tratarán temas particulares como el del celibato o el del papel de la mujer en la Iglesia, el simposio pretende sobre todo fomentar la recuperación del equilibrio entre el sacerdocio bautismal y el sacerdocio ministerial en el marco de una eclesiología de comunión llamada a desterrar cualquier rastro de clericalismo.
Por su parte, en su saludo y su meditada intervención, el papa Francisco ha ofrecido el marco y las claves que, a su juicio, permiten desarrollar una sana teología y vivencia del sacerdocio en la actualidad. Francisco ha comenzado por rememorar el testimonio de aquellos sacerdotes que lo han acompañado y también de aquellos a los que él ha podido acompañar en sus cincuenta años de vida sacerdotal. Asimismo, ha urgido a la asamblea a situarse en la concreción del presente frente a toda tentación de replegarse en el pasado o de cruzarse de brazos a la espera de un futuro mejor. Por último, el Papa ha desgranado las cuatro actitudes básicas que dan consistencia a la vocación sacerdotal ministerial o las «cuatro cercanías»: la cercanía con Dios, la cercanía con el obispo, la cercanía entre los presbíteros y la cercanía al santo pueblo fiel de Dios. Apelando continuamente a abandonar una concepción exclusivamente funcional del sacerdocio, que eclipsa la verdad profunda de dicha vocación, Francisco ha recordado que la vida de un sacerdote es ante todo la historia de salvación de un bautizado y no la de un trabajador cansado que no termina de gozar las alegrías que brotan de la auténtica cercanía con el Señor.
A lo largo de estos días, además de conferencias en torno a los fundamentos históricos, bíblicos y teológicos del sacerdocio, se están abordando cuestiones como los desafíos formativos, pastorales y ecuménicos del sacerdocio en la actualidad, la complementariedad de los estados de vida, la cultura vocacional, la mujer y los ministerios, el sacerdocio ministerial y la vida consagrada o el sacerdocio y la misión. Todas ellas son perspectivas que tocan de lleno el compromiso de nuestro Instituto con la formación y la promoción de la vida consagrada en comunión con el resto de formas de vida en la Iglesia. Y en todas queremos continuar ofreciendo presencia y palabra para acoger —y ayudar a acoger— la voz del Señor que, en medio de este mundo tumultuoso y complejo, sigue llamando obreros a su mies.
Crónica de Adrian de Prado, cmf.