Una charla a dos voces, la de las religiosas Carmen Román, CRSD, y Mariela Martínez Higueras, de la misma Congregación, abrió el tercer núcleo de la Semana Nacional de Vida Religiosa y, a la vez, cerró la tarde del jueves. De tal modo, las religiosas pusieron el broche de oro a la jornada abriendo boca a la dimensión de heridas, perdones y amores en base a dos textos bíblicos: «Al que mucho se le perdona, mucho ama» (Lc 7,47) y «Sus heridas nos han curado» (1Pe 2,24).
“Nos sentimos heridos como sociedad, y eso nos hace palpar el miedo”, comenzó Mariela. Y habría que plantearse “el cómo leer las crisis”, añadía Carmen.
“Cuando preparábamos esta charla”, confesó Mariela, “nos sorprendió la noticia de saber que muchas familias se dan las buenas noches por ‘whatsapp’, y qué pena nos dio constatar la falta de comunicación afectiva que asola nuestros días”. “No deberíamos echar de menos la necesidad de sentir y de apasionarnos”, completaba. “Pero en la vida religiosa nos han metido miedo con las amistades particulares”, lamentaba.
“La tendencia a la relación forma parte de la vida, aunque en la vida religiosa nos lo han penalizado tanto”, y es que “no encuentro ningún vínculo que no sea afectivo”, tomó la palabra Carmen de nuevo. “Acaso habríamos de preguntarnos si tenemos corazón o solo hemos tenido el cerebro en la cabeza”.
“La realidad es que somos seres heridos”, trajo a colación Mariela, antes de que Carmen recordara al filósofo catalán Josep M. Esquirol y su libro ‘Cuatro heridas infinitas’. “Somos herida infinita, expresión de la infinitud, y solo estando cerca de ella es posible nacer de nuevo” escribe Esquirol. “Es decir”, explicaba Carme, “que no se trata de hacer como que las heridas no están, sino que a partir del contacto con la herida, podemos renacer de nuevo”.
De la herida al perdón…
“El perdón va más allá de la voluntad”, prosiguió Mariela. “Y siempre será un regalo”, completa Carmen. Así introducimos en la historia una gran novedad, “que necesita sus tiempos y sus espacios”. “Exige una transfiguración de la mirada”, completaron a la par.
…y del perdón al amor
Seguidamente, las consagradas leyeron el texto de la mujer pecadora pública que entra en casa de Simón ‘el fariseo’, “mujer anónima que solo es calificada por su pecado, justo al revés de como hace Jesús, que pone por delante el amor y la gratuidad”.
“El amor y el perdón se interrelacionan y no sabemos qué va antes, si amamos porque nos sentimos perdonados a al contrario”. Pero lo que es claro es que “rompe cualquier círculo de violencia”. Y por ello restaurada en su propia dignidad.
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Hoy viernes 25 de abril concluye la 54º Semana Nacional para Institutos de Vida Religiosa con un concierto de Ain Karem. La grabación de la conferencia de S.E.R. Card. Ángel Fernández Artime estará disponible en el canal de YouTube del ITVR en los próximos días