“No sabemos lo que será de la vida consagrada, pero sabemos que ya no seguirá siendo lo que era”, afirmó Paula Jordão, misionera nacida en Portugal perteneciente a la Fraternidad Misionera Verbum Dei, en la introducción a la segunda ponencia de la mañana del martes, que pronunció bajo el título ‘El amor de Cristo toca la raíz de nuestro ser’. Una conferencia cargada de interrogantes con los que atravesar “a la otra orilla”, para así “aprender a vivir discerniendo continuamente al ritmo del Espíritu”.
“Es esencial que cada uno de nosotros pueda comprender la fuerza de la palabra afectividad en la vida consagrada”, continuaba Jordão, que actualmente ocupa el cargo de Coordinadora de Formación en la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) en Roma. “Y es que, cuando hablamos de amor, ¿qué entendemos?”, formulaba. “Solo podemos hablar de amor si de verdad comprendemos que hablamos de dejarnos amar y de amar, en una sístole y diástole continuas”. Es decir, “nosotros solo podemos amar porque primero, y siempre primero, Dios nos ama”, afirmó. Así a juicio de la experta, “muchas veces el drama de la vida consagrada radica en que olvidamos la centralidad de la afectividad y abandonamos ese amor que es siempre primero”.
La siguiente cuestión, por tanto, es casi obligatoria: “¿Te dejas amar por Dios para que puedas amar de la misma forma?”. Cuestión arriesgada, pues comporta “una actitud interna de humildad y servicio que involucra tanto el pensamiento como los sentimientos e incluso los afectos de la persona”, recordaba Jordão al hilo de la epístola de san Pablo a los filipenses.
Buscando el cómo
“Desde que entré en mi congregación me he dado cuenta que en nuestra vida cristiana, casi siempre se nos dice a qué hemos de aspirar para vivir como Jesús, pero rara vez se nos indica cómo hacerlo”, provocaba la conferenciante. Así pues, “¿cómo dejar que Dios sea nuestro artífice en la realidad que vivimos y somos?”, O acaso nosotros, que seguimos de cerca a Jesús, no le preguntamos nunca “¿cómo lo has hecho?”. “Para tener la mente, la actitud, los sentimientos y la afección de Jesús necesitamos mirar a las raíces de Jesús”.
Pese a la afirmación del Evangelio, tan clara: “de la misma forma que el Padre ha amado al Hijo, así, con la misma intensidad, Jesús nos ama, creo que no dudamos, o nos es más fácil creer en el eterno amor de Dios Padre por Jesús que en el amor que Dios nos tiene a cada uno de nosotros”. Por consiguiente, “El primer cómo para poder tener los mismos sentimientos de Jesús, es pedir conocer a Dios como Jesús lo conoció. Y después poder aceptar, reconocer y dejarnos amar con el mismo amor que Jesús recibió del Padre”.
“Asumir la humanidad de Jesús nos ayuda a tener su misma actitud y sentimientos. Solo aprendiendo de su modo de ser humano podremos vivir nuestra vocación con autenticidad y fidelidad. Porque Jesús es tan humano que solo podía ser divino”, concluyó la misionera.
-----
Hoy viernes 25 de abril concluye la 54º Semana Nacional para Instituos de Vida Religiosa con un concierto de Ain Karem. La grabación de la conferencia de S.E.R. Card. Ángel Fernández Artime estará disponible en el canal de YouTube del ITVR en los próximos día.