A las 10.00 horas del jueves 24 de abril se reanudan las jornadas de reflexión sobre la dimensión escatológica de la vida consagrada. Un breve momento de oración, el saludo de buenos días y la información sobre algunos cambios en el programa abren este tercer día.
Las comunicaciones de Maricarmen Bracamente y de Luz Enith Galarza Melo sobre Prácticas de la esperanza muestran esperanzas concretas y realizables. Maricarmen habla de los pequeños pasos de la esperanza de transformación que se están dando en la vida consagrada. Las cosas han cambiado y el vino es el mismo, se están buscando los “odres nuevos”. Indica que estamos en un tiempo de renovación, de gracia y de revitalización. Los signos de los tiempos nos piden adaptación, participación y diálogo. Es lo que vamos a celebrar el año que viene, los 50 años de Perfectae caritatis.
Entre la transformaciones que se están dando y son necesarias destaca las siguientes: la necesidad de una formación bíblica actualizada, la revisión y actualización de la oración personal y comunitaria, la reflexión seria sobre cómo estamos viviendo la vida comunitaria y dentro de ella el celibato, la formación… En definitiva, este cambio epocal nos obliga a descubrir las transformaciones que se dan, reconocer que “somos híbridos” y necesitamos “desaprender” formas viejas para aprender lo nuevo. La comprensión de la realidad de una manera holística, la apertura y el reconocimiento de la riqueza del otro, lo “inter”, el volver a las raíces carismáticas y los intentos por recrear los carismas en diálogo con las urgencias de nuestro tiempo son algunos signos de esperanza.
La segunda comunicación corre a cargo de la religiosa filipense misionera de la enseñanza Luz Enith, que trabaja en la experiencia intercongregacional del Sur de Sudán y esto es lo que comparte con la asamblea. Brevemente nos presenta el contexto del país y cómo surge la propuesta de trabajar en este país: es una petición de los obispos a los consagrados ante la difícil situación por la que estaba atravesando el país, sobre todo de guerra. En el momento inicial había unas 50 congregaciones y en la actualidad colaboran más de 200. Los campos de actuación se desenvuelven en tres áreas: la sanitaria, la educativa y la pastoral. Señala que la mayoría de misioneros son hermanos y hermanas jubilados y que siguen entregando su vida a la misión. Nos dice que viven en comunidades mixtas y la clave para la vida comunitaria es la mentalidad abierta, el respeto de las diferencias, de los ritmos personales y el diálogo constante. De los habitantes de este país han aprendido a no quejarse y a no echar la culpa a los demás y algo tan sencillo como responder a lo que se pide y pregunta.Tristemente el 15 de diciembre 2013 comenzó de nuevo la guerra entre las tribus más poderosas del sur de Sudán, nos dice, y comenta que un signo de esperanza en esta situación es el testimonio de los consagrados, que siendo diferentes, son capaces de ser hermanos y hermanas.
Después del descanso de media mañana el jesuita Xavier Quinzá imparte su potencia titulada “En la edad futura de la vida eterna” (Mc 10,30). La fraternidad apostólica entre lo penúltimo (provisional) y lo último (definitivo). Inició su charla haciendo una distinción entre cómo se entiende el término vida eterna en Juan y en Marcos. Una cosa es el tiempo provisional y otra la “edad futura”. No es una redundancia hablar de edad futura y de vida eterna, es recordar que la vida eterna ya la vivimos aquí. Edad futura responde a una idea mucho más preñada de existencia. Aquello que queda inaugurado con la resurrección. Ya estamos en la vida eterna. Se trata de una participación anticipada de la vida eterna. La edad futura la inaugura el verbo de Dios haciéndonos partícipes de la misma vida de Dios.
Apuntó también que la vida eterna se hace posible viviendo en plenitud el misterio pascual. Y el haber sido salvados por Jesús nos pide vivir el don de la fraternidad y la sororidad desde la nueva gramática del Evangelio. Pero ya no existe una única gramática universal, estamos viviendo el kairós de gramáticas parciales. Esto pide nuevos modos de vivir la fraternidad y la sororidad con unas relaciones libres y consentidas. Cultivando e intensificando nuestras relaciones y viviendo desde el principio de que el que ama lo hace bebiendo de un caudal que es Dios mismo, podemos ser testigos de la fraternidad, apuntó. A la respuesta de quiénes son la madre y los hermanos de Jesús dice que Cristo responde presentando otro tipo de relaciones que incluyen otras “relaciones” maternales, fraternales o sororales, pues la comunión de amor con Dios de Jesús revertía en la relación con los otros. Recuerda que el amor activo es transformador y nos va cambiando. Nadie pierde nunca la calidad de hermano. La fraternidad nace de la gracia, de la gratuidad vivida desde Dios porque nos quiere.
Concluyó diciendo que los consagrados aspiramos a ser personas como Jesús que acreditan con su celibato una intención limpia y abierta al dirigirnos a los cercanos y a los lejanos, personas adultas que queremos hacer del celibato una manifestación del amor de Dios.
Como en el día de ayer a las 13.00 horas los asistentes que lo desean pueden celebrar la Eucaristía que preside L. A. Gonzalo Díez.
La sesión de la tarde comienza con un breve momento de oración y seguidamente Javier Álvarez-Osorio, superior general de los Sagrados Corazones, desarrolla el tema titulado ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? (Mc 9,19) ¿Liderar la esperanza de las comunidades religiosas? Tras unas aclaraciones previas sobre el liderazgo en la general, en la vida consagrada y en Jesús de Nazaret recuerda que el único que puede liderar la esperanza es Jesús y que la esperanza puede oscurecerse porque el Señor a quien esperamos tarda en llegar. En una primera parte de la conferencia apuntó las dificultades que pueden llegar. Subrayó con fuerza que las dificultades que de verdad desalientan no vienen de fuera, sino que vienen de dentro: el endurecimiento de nuestro corazón, cuando ya no somos capaces de querernos unos a otros, y la sospecha de que lo que hemos profesado ya no constituye un camino de evangelio para nosotros. Por otro lado, apuntó que donde más hermanos desesperanzados encuentra es entre los superiores, pues están más expuestos que los demás “al lado oscuro”, o sea, a confrontarse con las aristas más cortantes del perfil de los hermanos. Por eso es necesario cuidar a quienes desempeñan este servicio. En la segunda parte de su exposición respondió a la cuestión de qué puede hacer la autoridad para ser repartidora de esperanza. A partir de una referencia bíblica explicó cinco actitudes básicas que ha de cultivar el superior: rezar por y con sus hermanos ya que la oración insinúa que Dios está y actúa; ser constructor de comunión en sentido positivo y negativo (resistiendo a los violentos, a los que destruyen la comunidad); ejercer la autoridad para recordar lo que cada religioso ha profesado, a veces los desalientos llegan de tener que dedicarse a convencer a alguien que haga realidad lo que ha profesado; tomar decisiones, pues “en ocasiones se nos muere la esperanza a base de hablar de cosas bonitas”, y colocar a los hermanos en una buena situación misionera, que les ayude a encontrarse con Dios y a dar lo mejor de sí mismos; escuchar y pedir desde el respecto y cuidando los ritmos personales que cada uno respondo con fidelidad a su vocación.
Concluyó recordando que todos somos hermanos y que el servicio de la paternidad en una comunidad es necesario, pues el padre nunca deja de ser responsable de sus hermanos. Además en el caso de los consagrados es un padre que es también hermano y que será padre solamente durante un tiempo.
Tras el descanso Ninfa Watt, religiosa de la compañía de Santa Teresa de Jesús y profesora de la UPSA, diserta sobre el tema El coraje de la esperanza última. Esperanza y esperanzas en el cine de los últimos años. Comenzó indicando que el cine no es ajeno a las corrientes de pensamiento de nuestra sociedad y que a través de las películas se transmite tanto el pensamiento mayoritario como el de las minorías. Es maravilloso constatar que todos los mensajes pueden llegar a un amplio número de espectadores. También destacó que el cine es un potente recurso en la evangelización
Seguidamente, y ciñéndose a películas de los últimos cinco años, proyectó escenas de varias películas que reflejan esta temática de la esperanza y la vida más allá de la muerte. Destacó que en el fondo lo que estas películas ponen de manifiesto es que el ser humano sigue haciéndose preguntas por el sentido de la vida. Hay visiones esperanzadas y desesperanzas y otras que silencian la cuestión.
Habló de varios grupos de películas: 1) aquellas que hablan explícitamente del tema de la eternidad y la esperanza y que suelen hacer referencia a personajes y momentos históricos: De dioses y hombres, Un Dios prohibido, La última cima o Prefiero el paraíso que presenta la vida de San Felipe Neri; 2) las que muestran a personas que viven abiertos al vivir para siempre frente a situaciones de muerte y dolor: Cartas a Dios, Vivir para siempre o Maktub; 3) las que se plantean las grandes preguntas de la vida: La vida de Pi o Gravity; 4) aquellas eclécticas que se hacen grandes preguntas sobre los entornos de la vida y la esperanza como El fin es mi principio o El árbol de la vida; 5) otras que presentan la destrucción y la desesperanza como Melancolía; 6) otras en las que se omite el tema de Dios y el silencio dice tanto como lo contrario como en Lo imposible. Concluyó con un fragmento del final de la película Gravity invitándonos a ver en él un canto a la vida. La protagonista que emerge de las aguas recobra la vida y mira con un corazón renovado a la eternidad.
Con el momento habitual de oración se cerró a las 20.00 horas la tercera jornada de la Semana de Vida Consagrada.