El Papa envía un mensaje para esta 50º Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada del ITVR de Madrid
“La vida consagrada se comprende caminando, como siempre. Se comprende consagrándose cada día. Se comprende en el dialogo con la realidad. Cuando la vida consagrada pierde esta dimensión de diálogo con la realidad y de reflexión sobre lo que sucede, empieza a hacerse estéril.” Así comenzaron las palabras del papa Francisco a los religiosos españoles en esta 50º Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada que organiza el ITVR de Madrid. Palabras de ánimo que antes fueron precedidas por otras de agradecimiento al iniciador de estas jornadas de reflexión, el Card. Aquilino Bocos, misionero claretiano. “El sacerdote, el religioso, el que siempre sirve a la Iglesia así́”, le presentó Francisco. “Ese sembrar continuamente la inquietud por comprender la riqueza de la vida consagrada y hacerla fructificar. No solo comprender, vivirla. No solo teoría, en práctica, quiero agradecerlo públicamente”, afirmó el Santo Padre.
Más de 2000 religiosos pudieron escuchar el mensaje de Bergoglio a través de Internet, gracias a la plataforma de difusión telemática que han organizado los organizadores de esta Semana Nacional, la primera en formato online. “Yo me pregunto sobre la esterilidad de algunos institutos de vida consagrada, ver la causa” formulaba Francisco. “Generalmente está en la falta de diálogo y de compromiso con la realidad. No dejen esto. Siempre la vida consagrada es un diálogo con la realidad”. “La reforma siempre es camino […], y estas jornadas, estos encuentros, estas semanas de vida consagrada ayudan a perder el miedo”, exhortaba.
Carisma vivo y en crecimiento
“Mantener vivo el carisma fundacional es mantenerlo en camino y en crecimiento, en diálogo con lo que el Espíritu nos va diciendo en la historia de los tiempos, en los lugares, en diversas épocas, en diversas situaciones. Supone discernimiento y supone oración. No se puede mantener un carisma fundacional sin coraje apostólico, o sea, sin caminar, sin discernimiento y sin oración”. Y en este sentido, el romano Pontífice hizo hincapié, afirmando que no se trata de “reunirse para tocar la guitarra y decir qué linda la vida consagrada, sino para buscar juntos de no perdernos en formulismos, en ideologías, en miedos, en diálogos con nosotros mismos y no con el Espíritu Santo”.
Finalmente, apremió a los consagrados a perder el miedo a los límites “¡No les tengan miedo a las fronteras! ¡No les tengan miedo a las periferias! Porque ahí́ el Espíritu les va a hablar. Pónganse ‘a tiro’ del Espíritu Santo. Y estas semanas ayudarán, ciertamente, a ponerse ‘a tiro’.”, finalizó.