“Recordemos la imagen del poliedro que presenta el Papa y contemplemos una Iglesia y una vida consagrada poliédricas para descubrir cada lado formando una figura inseparable, en la que lo parcial enriquece la totalidad de la belleza del Cuerpo de Cristo”, propuso Mons. Luis Ángel de las Heras, obispo de León, que quiso hacerse presente en esta 53º Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada.
Y a renglón seguido, refiriéndose a otra palabra, ‘minoridad’, el prelado razonó que “aunque la vida consagrada va experimentándose en decrecimiento y minoridad sigue albergando fortalezas, como experimenta igualmente toda la Iglesia que peregrina en España y Europa”. Así, “múltiples carismas, servicios, ministerios, corrientes teológicas, espirituales y evangelizadoras constituyen una riqueza inagotable”.
“Tal diversidad podemos afrontarla como un desafío para vivir la unidad y la comunión en la situación de la minoridad, pero será mejor aún que la aprovechemos como un ‘kairós’, un momento de gracia propicio para crecer en comunión fraterna”, exhortó. Y aún más: “es hora de descubrirnos como pequeño rebaño que escucha decir al Buen Pastor: No temas”.
El P. De las Heras quiso, por último, vincular la comunión a la profecía, esencia de la vida consagrada: “En tiempos de división, de polarización de diferencias, de crispación —en la sociedad y también dentro de la Iglesia—, cobra más sentido y premura la profecía de la comunión fraterna acogiendo y escuchando a los hermanos y hermanas y al Espíritu que nos habla”, concluyó.