Con un elevado número de comunidades asistiendo en directo a la conexión que ofreció ayer nuestro Instituto a través de internet, y un nutrido grupo de consagrados llenando buena parte de las butacas del salón de actos, -a pesar de la fuerte lluvia que caía en Madrid-, cerramos ayer el ciclo de conferencias ‘Los Jueves del ITVR’. Y lo hicimos con el diálogo que entablaron cuatro miembros de tres institutos seculares: Marta Reina Sánchez, consagrada de las Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote; María José Bonora, perteneciente a las Obreras de la Cruz y María Piedad Amigo y Carolina Sánchez, ambas de Filiación Cordimariana.
Las cuatro consagradas organizaron la presentación, que llevaba por título ‘Estáis en el mundo, pero no sois del mundo’, en torno a una refrescante serie de preguntas y respuestas que a modo de entrevista abordó tanto la identidad de los institutos seculares como la historia y los rasgos fundamentales de cada uno de los representados por su presencia. Seguidamente, las conferenciantes pasaron a explicar su carisma apostólico y su manera peculiar de seguimiento de Jesucristo, es decir, su propia vivencia carismática.
Para concluir, el P. Antonio Bellella, director de esta casa, cerró el ciclo ‘Los Jueves del ITVR’ de este año aludiendo a la figura bíblica de Moisés, “al que le fue revelado el nombre de Dios, y que así se lo comunicó a un pueblo. Un pueblo que avanza y que en los rostros de sus miembros va descubriendo al Señor en medio de ellos”. “Así nosotros -proseguía el claretiano- nos hemos acercado a la sostenibilidad y lo antiguo, en los ecos del monacato oriental, con las dos primeras conferencias que hacían referencia al dinamismo de la ascesis”. En segundo lugar, con las dos charlas siguientes, “desde Jesús profeta y desde la lectura del profetismo en nuestros días, hemos puesto sobre la mesa el dinamismo del Evangelio”. Con las dos presentaciones siguientes, desde los desafíos y desde las nuevas tierras de misión, “hemos tratado el dinamismo de la evangelización”, expresó Bellella. Por último, “abordamos el dinamismo del testimonio en su aspecto más contemplativo, y en su realidad más concreta”, concluyó el misionero.
“Nos hemos acercado a las diversas formas de vida religiosa y hemos descubierto nuestra riqueza; hemos mirado a los rostros de nuestros hermanos y nos hemos sentido reflejados en ellos”, finalizó el director.