En la mañana de hoy ha dado comienzo en Madrid la 52º Semana Nacional para Institutos de Vida Religiosa, proponiendo “una reflexión serena sobre la esperanza, entendiéndola como lo que es: una virtud teologal que muestra su eficacia en la cotidianeidad que nos rodea”. De tal modo, con estas palabras, fueron presentadas estas jornadas de formación por su director, el misionero Antonio Bellella, ante el auditorio del Aula Magna de la Universidad CEU San Pablo lleno hasta la bandera. Y no fueron los únicos consagrados inscritos, pues a través de internet, de manera telemática, otras doscientas comunidades conectadas tanto en España como fuera de nuestras fronteras siguieron la apertura de las conferencias del día de hoy, convencidos de que pese a “la prolongada tarde” que recorre nuestra particular forma de vida, -“aquella que esconde tras de sí dolor y al duelo que provoca pérdidas desalentadoras que sufrimos”, apostillaba Bellella-, también podremos hallar rasgos prometedores de una vida consagrada distinta, “aquella descubierta en este entretejer conjuntamente itinerarios de esperanza”.
“Situándose en coherencia, pues sería un contrasentido hablar de la esperanza sin generarla, -continuaba el director del ITVR -, nuestra quincuagésima segunda semana de vida consagrada quiere contribuir humildemente a suscitar una fe más madura y humilde, capaz de acoger, tomar en serio e integrar la experiencia de oscuridad y el vacío que nace de la pérdida de centralidad, seguridad y control”. Seguidamente, el P. Bellella, continuaba persuadiendo a nuestra sociedad secularizada, pues en ella “se abre también la posibilidad de una renovada autenticidad evangélica y de otras formas de entender nuestro lugar en la sociedad nueva”. Finalmente, el claretiano cerraba sus palabas de saludo confiando en que estos “nos impulsen a entablar una sana confrontación con la alteridad, la diferencia y la pluralidad características de nuestro tiempo, superando la malsana sospecha ante todo lo nuevo”.
Desde la misma mesa presidencial también saludó Su Excelencia Mons. Bernardito Auza, Nuncio de Su Santidad, que quiso antes de nada felicitar a los organizadores de este encuentro, incidiendo en el mensaje del papa Francisco para los consagrados. “Las palabras del Santo Padre estimulan, sin duda, el compromiso de vuestra consagración, animándoos a mirar a la realidad con ojos nuevos”. “Estáis llamados a ser eco de la promesa de Dios”, exhortó. “El título de vuestro encuentro parece corresponder al lema de la última jornada de la vida consagrada, pues los religiosos nos persuaden en la esperanza”. Por su parte, el cardenal claretiano Mons. Aquilino Bocos pronunció unas fraternales palabras llenas de afecto a los participantes, trayendo a la memoria del auditorio la oración “de un hombre excepcional, el Card. Eduardo Pironio, a quien esperamos verle pronto en los altares”.
De parte de la Conferencia Española de Religiosos, (CONFER), el Hno. Jesús Miguel Zamora, su secretario general, pidió a los consagrados “algo más que ‘permanecer’ en nuestra sociedad y en la Iglesia”, pues a su juicio, “nosotros, los consagrados, nos seguimos ‘desgastando’, haciendo de Cristo nuestra esperanza, convencidos de que hemos llegado hasta aquí con el trabajo y entrega de todos cuantos nos han precedido”. “Nuestro vivir nos invita a renovarnos, a ‘resucitarnos’, que es el único camino desde el cual nos abrimos a la misión”, concluía Zamora.
A renglón seguido, el P. Adolfo Lamata, superior mayor de los claretianos de Santiago, provincia en la cual se desarrolla el ITVR, animó a vivir esta semana “aprendiendo un arte que ocupó un lugar muy relevante en la juventud de nuestro fundador, san Antonio María Claret, el arte de tejer”. “Un arte -continuaba el religioso- que tiene que ver con los telares, pero también es un arte relacional y espiritual”. “Por eso es muy pertinente procurar tejer redes de relaciones al servicio de la esperanza, unas vidas entre tejidas con otras muchas vidas”. Finalmente, Lamata, en nombre del P. Mathew Vattamattam, superior general de los Misioneros Claretianos y presidente del Instituto Teológico de Vida Religiosa, alentó a “convertirse durante estos días en tejedores y buscadores de itinerarios de esperanza”.
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Teresa Sánchez Sánchez: “Busquemos la capacidad de darle sentido al sufrimiento”
La primera conferencia de la mañana corrió a cargo de la Prof.ª Dr.ª Teresa Sánchez Sánchez, decana Facultad de Psicología UPSA (Salamanca), que hilvanó una charla magistral enmarcada bajo el título ‘¿Crisis de sentido? Cargados de desesperanzas mientras Dios parece ausente’. “El hombre de nuestros días adolece de su capacidad de construir una identidad. Vivimos tiempos donde cunde la necesidad de pertenecer, pero donde el sujeto está ausente”, inició la experta.
“No cabe duda de que estamos ante un relativismo imperante, donde todas las voces tienen el mismo valor, algo con lo que evidentemente estamos en desacuerdo”, continuaba Sánchez, desvelando en su intervención una radiografía del hombre contemporáneo y de lo que le conduce a una cierta pérdida de sentido. “Hemos entrado en el tecnoceno, etapa donde el hombre es capaz de transformar su realidad y en la cual el chip parece el centro de todo nuestro ser”. Para Sánchez, “en esta nueva era el hombre laicizado tiene una gran carencia, que es peor que una pérdida, porque necesita algo, a Alguien, que le arranque de su propia inmanencia e inmediatez”.
“Uno de los signos más preocupantes es la trivialización de la vida en sus claves más sagradas, y por ella se vuelve necesario normalizar la violencia y el mal”. “Nos decimos a nosotros mismos: seamos los dioses de nuestra propia vida”.
En este sentido, “el mundo se ha convertido en un estado de temor”, pero frente a éste, “busquemos volver al optimismo de la voluntad, más que al de los hechos”. “Construyamos una fraternidad universal, entremos dentro de este círculo expansivo de la empatía, salgamos de nuestras pequeñas comunidades y vayamos a quien nos pueda necesitar”, exhortó. “Busquemos la capacidad de darle sentido al sufrimiento”, concluía.