“La misma tradición ha puesto también de relieve en la vida consagrada la dimensión de una peculiar alianza con Dios”. (VC 93)
Poco a poco el salón de actos del Colegio Calasancio va cobrando vida y según el horario previsto arranca el tercer día de la Semana con un breve momento de oración que nos serena e introduce en un clima de escucha.
Tras la preceptiva presentación de la primera ponente comienza la sesión de la mañana con la primera charla:
Dios para apasionar. Me consagro a Dios
La hermana Asunción Codes, Coordinadora General de la Compañía de Santa Teresa, con un estilo cercano y muy agradable, comienza haciendo una confidencia: “me apasiona Dios, me apasiona la vida y es lo que avala lo que voy a decir”.
Sus profundas palabras, divididas en cinco puntos, presentan, en primer lugar, a un Dios amor apasionado por su pueblo y que en Jesús se manifiesta en la defensa de los últimos. Continúa indicándonos que han sido muchos los hombres y mujeres apasionados por el Dios de Jesús. Los fundadores y fundadoras, los místicos y místicas, son testigos y maestros indiscutibles de la pasión por Dios y los hombres y sobreviven en la noche porque les alcanza una visión que se convierte en pasión, este es seguramente su gran secreto.
En tercer lugar, pasa a dar respuesta a la pregunta “¿qué digo cuando expreso ‘me consagro a Dios’ y ‘por ellos me consagro’?” Indica que la respuesta tiene que ser totalizadora y radical y, con una gran sinceridad y confidencia, responde de una manera preciosa y emotiva a la misma con “su declaración de consagración”.
En cuarto lugar, expresa que “otra de sus pasiones es hablar de itinerarios” y nos ofrece cuatro claves para alimentar la pasión por Dios y por su Reino.
Finalmente, nos invita a apasionarnos y a sostenernos juntos, en comunidad.
Testigos de Dios: los mártires
Después del descanso disfrutamos de la presentación de la película Un Dios Prohibido sobre el Seminario Mártir Claretiano de Barbastro. Los participantes recibimos como obsequio ofrecido por la Provincia Claretiana de Santiago un folleto que lleva por título Mártires claretianos de Barbastro. Escritos y testimonios de prisión.
D. Juan Carlos Sánchez, asesor religioso de la película, va desgranando una serie de elementos sobre el contenido, la preparación de la misma y el proceso que han vivido durante su realización los actores y el personal implicado en la misma. Indica que la película en medio de la debilidad y a pesar de la debilidad quiere mostrar la alegría de la fe, la alegría pascual. Al hilo del tema de la Semana apunta que la búsqueda de Dios tiene que resolverse en la pregunta de dónde está Dios cuando hay personas que son martirizadas. Concluye diciendo que fue una forma de evangelizar, ya lo fue para los actores y esperemos que sea para todos los que vayan a ver la película.
Seguidamente se proyecta un fragmento de 20 minutos de la película para abrir apetito y despertar emociones entre los asistentes.
En un tercer momento D. Pablo Moreno, director de la película, afirma que siempre tuvieron muy claro que no querían que fuera política, sino que tenía que presentar lo fundamental de los mártires: mostrar a las personas que mueren y mueren por algo, por Alguien, por Jesucristo. Apuntilla que “si los mártires murieron perdonando, quiénes somos nosotros para inculpar a los asesinos. Aquí está la prueba de amor suprema”.
Indica que están en la fase de posproducción y esperan que la película se estrene en breve. Concluye comentando la experiencia de José María Rueda –uno de los actores– que en una charla de presentación de la película dijo que en su vida tenía dos hitos importantes: el nacimiento de sus hijos y el rodaje de esta película.
Hoy también a las 13.00 horas tiene lugar la celebración de la Eucaristía en la iglesia del Colegio Calasancio. En esta ocasión la preside D. Luis A. Gonzalo.
A las 17.00 horas se reanuda la sesión vespertina de este jueves 4 de abril en la que disfrutamos de dos ricas y profundas conferencias:
Dios para adorar
D. Miguel García Baró, profesor de la Universidad Pontificia Comillas, como filósofo confiesa que él ha encontrado los caminos de adoración de Dios a través de la filosofía y que la filosofía está más cercana a esta temática de lo que imaginamos.
Nos recuerda que el capítulo 13 del libro de la Sabiduría invita a pensar, a buscar a Dios, pues todo ser humano tiene esta capacidad.
Seguidamente en un triple movimiento: presenta a Dios que crea, que se revela y que nos redime y afirma que “creación, revelación y redención son las tres palabras claves de nuestro Dios personal”. Tres acciones que se relación con acontecimientos fundamentales en la existencia del ser humano: la muerte, el amor y el perdón.
El hombre debe ser capaz de superar su idea infantil de Dios. Tiene que hacerse consciente de que vive en el tiempo y que su tiempo es limitado. Descubre entonces que la muerte está presente y despierta nuestra conciencia religiosa. De tal modo que el corazón inquieto del hombre busca a Dios, pero en ocasiones no lo hace de manera auténtica, por eso es necesario depurar tanto la idea ética como histórica que los seres humanos tenemos de Dios. Desde el amor podemos descubrir que la propia muerte es insignificante y que cambia nuestra imagen de Dios. El amor, como apertura al otro y como don recibido, pone de manifiesto nuestra alteridad. Esta relación con los otros a veces se rompe y nos separa de otros seres humanos y se hace necesario el perdón.
Indicó que se adora a Dios cuando se hace experiencia profunda de petición de perdón y, sobre todo, cuando la persona es capaz de perdonar. El perdón está en el umbral de la experiencia mística y la experiencia de Dios es la experiencia del amor que se recibe y transforma el pasado por medio del perdón.
Dios para anunciar
D. José Cristo Rey García Paredes, profesor del ITVR, comienza presentado los dos tipos de profetas del Antiguo Testamento: los de desgracias y los de gracia. El profeta de la gracia era el Mebasser, el anunciador de buenas noticias. Indica que Jesús se identificó con este perfil de profeta y el evangelista Marcos lo tradujo por la palabra evangelio y nos regalará la buena noticia de Jesucristo (Mc 1, 1).
Después de esta introducción desarrolla su exposición en tres puntos:
1. Presenta la vida consagrada como anunciadora de buenas noticias y recuerda cómo el último Sínodo de los Obispos ha pedido nuevos métodos y una conversión pastoral en el proceso de evangelización. Insiste en que esta acción debe tener como protagonista al Espíritu Santo y ofrece el ejemplo de Thomas Merton y Kirsteen Kim, como místicos que han experimentado la acción del Espíritu en sus vidas.
2. Nuestro anuncio de Dios, ha dicho, tiene que ser como Evangelio, buena noticia, en nuestro siglo XXI y utilizando los lenguajes de nuestros tiempo, sin condenar y conociéndolo a fondo. Ha aseverado que anunciar a Dios hoy implica conocer qué piensa el ser humano y nos pide hacernos hombres y mujeres de nuestro tiempo.
3. Se nos pide una nueva evangelización y nueva espiritualidad que nos tiene que transformar. Confiados en el Espíritu, dador de vida, la vida se puede vivir en positivo, descubriendo lo bueno que nos ofrece la vida que se reorganiza y nos ofrece nuevas posibilidades.
Finaliza con dos iconos: el de Zacarías y el de María e Isabel, iconos de la increencia enmudecida y de lo nuevo o de la nueva creación, respectivamente. Indicó que “la vida consagrada quiere ser un relato inspirado en estos dos iconos”.
Después las últimas preguntas de la jornada, Luis A. Gonzalo cierra el tercer día de esta Semana, presentando la mañana del viernes 5 de abril.