“Oremos para que los religiosos, las religiosas, los seminaristas, crezcan en su camino vocacional a través de una formación humana, pastoral, espiritual y comunitaria, que los lleve a ser testigos creíbles del Evangelio”. Esta es la intención que señala el papa Francisco para este mes de mayo, difundida a través de redes sociales en su último vídeo ‘Red Mundial de oración del Papa'. Una intención que, a nosotros, como Instituto Teológico de vida Consagrada, nos concierne especialmente, pues por ella trabajamos desde el año 1971, poniendo lo mejor de nosotros mismos, transmitiendo –y viviendo– una teología siempre al servicio de la Iglesia y del Reino.
Así, las palabras del obispo de Roma nos ofrecen un auténtico estímulo y esperanza en nuestro quehacer. “Un buen sacerdote, una monja, deben ser primero de todo un hombre, una mujer formados, trabajados por la gracia del Señor”, nos recuerda en el vídeo la voz de Bergoglio.
Comunión y misión
El Instituto Teológico de Vida Religiosa y la Escuela Regina Apostolorum son instituciones académicas, pero también nos preciamos en reconocernos como algo más: queremos ser centros de comunión y de misión. El sucesor de Pedro nos lo recuerda con estas palabras: “La formación no se acaba en un momento determinado, sino que va continuando a lo largo de toda la vida, a lo largo de los años integrando a la persona, intelectual, humana, afectiva, espiritualmente. Y también, su preparación para vivir en comunidad, tan enriquecedora la vida en comunidad”. De tal modo, nuestras instituciones están comprometidas en seguir colaborando en la formación integral de quienes participan en sus actividades. Y aunque es normal dar preponderancia a la actividad intelectual, también queremos promover la formación espiritual, comunitaria y apostólica. No se reduce todo a cumplir un expediente académico.
Caridad y servicio
“Es fundamental que la preparación [de cada consagrado y consagrada] se desarrolle en contacto directo con la vida de las demás personas”, continúa Francisco. Por ello seguimos empeñados en seguir trabajando para que el estudio, la investigación y profundización en la fe sean también ejercicio de caridad y de servicio; medios que intentan dar gloria a Dios y abrir puertas al cielo nuevo y a la tierra nueva, a servir a los pobres.
Queremos aprovechar para traer a la memoria las hermosas palabras que el mismo Francisco nos dedicó personalmente hace año y medio en Roma. Allí, el Santo Padre nos animaba en nuestra labor, haciendo memoria de “estas décadas desde la fundación tanto del Instituto Claretianum de Roma como del Instituto Teológico de Vida Religiosa Madrid, y siguiendo sus huellas los Centros Superiores de Manila, Bangalore, Bogotá y Abuja”. “Cómo vuestros institutos han prestado y siguen prestando un fecundo servicio a la comprensión y desarrollo de la teología de la vida consagrada”, se sinceraba el Papa. “Sus programas articulan los orígenes y las dinámicas carismáticas, cristológicas, históricas y canónicas. Su atención a las aportaciones de las ciencias humanas ha ayudado a ofrecer un rostro más humano de la vida consagrada”. Finalmente, el pontífice argentino se sinceró emocionándonos: “No exagero, pero vosotros, con vuestro trabajo, habéis humanizado mucho la vida consagrada. Damos gracias a Dios por las múltiples expresiones de la actividad de vuestros Institutos”.