(ITVR/SIC.-) Con motivo de la próxima Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas 2015, que tendrán lugar el domingo 26 de abril con el lema “¡Qué bueno caminar contigo!”, tuvo ayer lugar una interesante mesa redonda sobre las vocaciones en el Salón de actos del Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid.
La crisis vocacional es una realidad “en sentido amplio”, no sólo en la disminución de las vocaciones consagradas, sino también en la vocación al matrimonio. Entre las causas más importantes está “la falta de un sujeto vocacional, entendido como persona libre y responsable”. Cecilio Jiménez, sacerdote diocesano de Ávila y ex rector del Seminario de Bata (Guinea Ecuatorial); Paqui Picón, superiora general de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón y ex formadora de novicias en la República Democrática del Congo; José Fernando González Espuela, vicerrector del Seminario Mayor de Toledo; y Consuelo Ferrús, maestra de novicias de las Religosas de María Inmaculada (claretianas), compartieron la mesa moderada por el salesiano Javier Valiente.
Entre los asistentes había numerosos estudiantes del ITVR, acompañados por el Director del Instituto, el claretiano Carlos Martínez Oliveras; el secretario de la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades de la CEE, Alonso Morata Moya; la Secretaria General de la CONFER, Julia García Monge y el encargado del área de Pastoral Vocacional, el claretiano Oscar Romano, así como el director nacional de OMP, Anastasio Gil.
Los formadores hablaron de una “emergencia vocacional” que viene de la falta de una “cultura vocacional” y abogaron por estar “cerca de los jóvenes” y trabajar junto a los lacios para cultivar juntos “los valores vocacionales”. En este sentido se habló de la importancia de la “pastoral familiar”. La claretiana Consuelo Ferrús, confesó que su propia vocación había nacido en una familia y que muchas otras surgen en la parroquia o en grupos de oración”.
En una sociedad donde la “dimensión trascendente” es puesta en entredicho”, no es fácil que se nutra esta “cultura vocacional”, según afirmó Jiménez. Paqui Picón se preguntó si en ese contexto “se puede percibir la llamada”. No obstante, el cultivo de valores como “el agradecimiento”, pueden favorecer que los jóvenes se interroguen. Como dijo Ferrús, “alguien que vive en el agradecimiento sabe que lo que ha recibido gratis, tiene que darlo gratis” y el vicerrector del Seminario de Toledo subrayó la necesidad de mostrar a los jóvenes que “entregarse” es lo que puede hacerles felices.
Los formadores estuvieron de acuerdo en la necesidad de hacer un correcto proceso de discernimiento y quienes han trabajado con las vocaciones en territorios de misión explicaron sus dificultades. Paqui Picón dijo que “vienen muchas jóvenes, pero hay que distinguir entre la llamada, que viene de Dios, y el deseo, que viene de la persona”. “Uno percibe si Dios ha tocado el corazón de una joven y esto es precioso”. Por su parte, el ex rector del Seminario de Bata afirmó que “los finales de curso eran tremendos, con mucho dolor de estómago, porque cuando dices que no a un candidato, nunca tienes la seguridad de estar tomando la decisión adecuada”. En este sentido, Jiménez subrayó también la importancia de que el joven se sienta “protagonista de sus decisiones” y de que el formador acepte también que no responda a sus “expectativas”