"Estos días me han llevado a profundizar en mi vocación y agradecimiento a Dios por el carisma recibido, por mis hermanos y hermanas y por mi misión al servicio de los más pobres”, expresa Yina la misma tarde que finalizó el curso de preparación para la Profesión Perpetua organizado por la Escuela Regina Apostolorum (ERA), integrada en el Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid. La congregación religiosa de esta joven consagrada, que en pocas semanas reafirmará para siempre su ‘sí’ a Dios, no dudó en ofrecerle el espacio de estas jornadas de oración personal, de trabajo y discernimiento, de vivencias y convivencia. “También ha sido una semana muy enriquecedora en todos los aspectos, ya que he podido compartir con personas de diferentes culturas y congregaciones que han creado en mi un nuevo álbum de rostros, recordándome que todos pasamos por momentos de dificultad, pero que la gracia y la misericordia de Dios es mayor; y que con ellas es posible vivir en plenitud nuestra misión y nuestros votos”.
Releer la historia vivida y ahondar en la decisión de seguir a Cristo en la vida consagrada son los principales objetivos sobre los que se asienta este encuentro que, año a año, la ERA convoca en estas fechas para aquellos religiosos que están en vísperas de celebrar su Profesión Perpetua. Ocho días que, en la presente edición, celebrada en el Seminario Claretiano de Colmenar Viejo, ha reunido a veinticinco religiosos de cuatro continentes, trece congregaciones y trece países distintos. Este año, las jornadas hubieron de ajustarse a los límites de aforo que vienen impuestos por el coronavirus, y de este modo no han podido superarse los veintisiete inscritos. “En los primeros días del mes de junio, al poco de ser anunciado el encuentro, ya habíamos cubierto el 80% de las plazas”, informan desde secretaría de la Escuela, “señal del valor y la confianza que las congregaciones religiosas depositan en nosotros”.
“Tras la experiencia de estos días, solo me sale agradecimiento”, expresaron los participantes al término de estas jornadas, en las que pudieron trabajar los núcleos esenciales de la vida religiosa: vocación, consagración, votos, comunidad y misión. “Gracias por ayudarme en este camino de vocación que compartimos; por crear un ambiente que me ha facilitado expresar lo que vivo y siento; por ayudarme a vencer inseguridades, por romper algunos de mis esquemas y por valorar mis posibilidades más allá de lo que yo haya podido confiar en muchas ocasiones”, completaron los religiosos en formación inicial, inscritos a este encuentro.
Todos ellos tuvieron también una mención especial para el equipo de profesores formado por los PP. Alejandro José Carbajo y Fermín Rodríguez, misioneros claretianos, y la Hna. Fabiola del Carmen Mora, de la Fraternidad Mater Misericordiae, que combinaron para estos días diferentes charlas y exposiciones con dinámicas de grupo y trabajo personal, además de propuestas diarias de oración y convivencia intercalados con espacios para celebraciones litúrgicas. “Gracias por todo lo organizado, por cada detalle, -se despedían de ellos los formandos- pero, sobre todo, por vuestra cercanía y cariño en estos días. Como dijimos al final, nos seguiremos encontrando en el camino”.