Monseñor Demetrio, nació en Valencia en el seno de una familia de fe cristiano ortodoxa. Estudió Historia, doctorandose en Historia de la Arquitectura. Tambien obtuvo la Licenciatura en Teología en la Universidad Pontificia Comillas y la Licenciatura de Teología Ortodoxa en el Institut de Theologie Saint-Serge de Paris.
Pasados los 30 años sintió la llamada a la vida religiosa. Ingresó en el Monasterio de San Nicolás Varsas, en Grecia. Ha sido Vicario General del Patriarcado de Constantinopla para España y Portugal organizando la Iglesia ortodoxa en nuestro país.
La conferencia de Monseñor Demetrio se encuadra en el contexto del primer dinamismo, el ascético. El monje ortodoxo comenzó compartiendo la alegría de poder tratar un tema “que comúnmente se entiende mal”. Y es que a ojos del experto, es cierto que, en el día de hoy, parece que “la ascesis no nos enseña nada nuevo”, y “es un tema difícil de abordar…, hasta que la palabra que se impone en el debate es gratuidad”. Así, “nuestros esfuerzos ascéticos no nos pertenecen”, zanjaba a renglón seguido. “La ascesis, por tanto, no es cuestión de esfuerzo; es Dios quien nos da la gracia”.
“La ascesis es una salida de los límites que nace de una inspiración esencial: el deseo que hay en el hombre de avanzar hacia algo fuera de él”. De tal modo, el reto para el discípulo de Cristo será “encontrar la fuente y la finalidad de la ascesis”, advirtió el que fuera profesor de Historia del Monacato Oriental y de Espiritualidad Oriental en nuestro Instituto.
“El asceta sin Cristo se esfuerza en negar los límites humanos, pero en cierta medida se opone al asceta con Cristo, que tiende a incluirse dentro de esos límites en un movimiento de amor hasta el final”, añadió el monje.
“Si la vida espiritual tiene su propia lógica, la ascesis es su eje, es decir, la fuerza que nos permite avanzar”. De tal modo, el experto fue perfilando más profundamente la definición de ascesis desde su experiencia ortodoxa, desde el monacato oriental.