La categoría de relación, que en 2021 se perfilaba como una clave para hablar del camino sinodal que nuestra Iglesia recorre en nuestros días, se propone este año como eje temático de la 51ª Semana de Vida Consagrada. La tradicional cita que esperan deseosos cientos de consagrados para su formación permanente tiene en esta ocasión un lema muy sugerente: «Somos relación. Somos en relación». La intención sigue siendo la misma que cuando hace cincuenta y un años echó a andar la primera de estas jornadas: renovar la fidelidad de los consagrados al mismo Espíritu, ofreciendo a la Iglesia y a la sociedad el inequívoco empeño de construir el Reino según el carisma y misión de nuestros Fundadores. Este ambicioso empeño, respaldado por conferenciantes de primer nivel que año a año se han acercado a estos mismos micrófonos, acostumbra a complacerse con la respuesta e interés de un elevado número de participantes. Así, este año ha llegado a sobrepasar la cifra de los dos mil, pues la posibilidad de acceder a este congreso se abrió a una doble modalidad: presencial y online. De hecho, toda la Semana combinará las intervenciones telemáticas y la presencialidad, primando, eso sí, esta última sobre la online.
Aquellos consagrados que pudieron acercarse físicamente a la 51º Semana Nacional se dieron cita en Madrid, capital donde el Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR) de los Misioneros Claretianos, organizador de este importante evento, tiene su sede. Allí les esperaba el director del ITVR, el P. Antonio Bellella que les recibió con un cálido recibimiento. Pero antes de que el claretiano diera comienzo a su discurso de bienvenida, tomaron la palabra los saludos institucionales que se iniciaron de la mano de los cardenales João Braz de Aviz, al frente de la Congregación para Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica y Mons. Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española. Así, en un vídeo proyectado en el salón, los pastores exhortaron a “No olvidar nuestra filiación divina, -animaron -. Más aún, hagamos memoria de nuestro primer ‘sí’. Os animo a no perdr la confianza en Él y a reflexionar sin miedo por nuestra actual relación con Dios”, pidieron. “¡Feliz Pascua, Jesús está vivo y resucitado! ¡Haced vuestra pequeña gran revolución!¡Seguid adelante sabiendo que la relación con Cristo pasa por la relación con nuestros hermanos!”, exhortaron.
Una vez finalizados los mensajes pregrabados en vídeo, llegó el turno de los de aquellos que se sentaron en la mesa presidencial. Así, Dña. Miriam Cortés, catedrática de Derecho Eclesiástico del Estado y Rectora de la Universidad Pontificia de Salamanca, que pronunció sentido discurso de bienvenida. En él, trajo a la memoria cómo “hace años el papa Benedicto XVI expresaba cómo la vida consagrada es anuncio fuerte y claro de la presencia de Dios en el mundo de hoy. Creo sinceramente que este es vuestro primer servicio de los religiosos a la Iglesia y al mundo. La vida consagrada anima y sostiene a la Iglesia en su misión, y con santa Teresa me pregunto, qué sería de ella sin vuestra especial vocación”
Por parte de los Padres Claretianos, se hicieron presentes el Card. Aquilino Bocos Merino, que a continuación introdujo estas jornadas con una bellísima conferencia, y el P. Adolfo Lamata Muyo, Superior Mayor de la provincia claretiana de Santiago, que quiso dar la bienvenida a esta quincuagésima primera Semana Nacional de Vida Consagrada en nombre de la Congregación, y de un modo especial de parte del superior general, el P. Mathew Vattamattan, cmf a quien representaba en esta mañana. “De un tiempo a esta parte vivimos un fabuloso ensanchamiento de nuestro mundo relacional, constitutivo de nuestro ser humanos y de nuestro ser creyente. Por ello no puedo sino desearos unas buenas jornadas, pues estoy seguro de que de ellas todos saldremos enriquecidos. Felicito al Instituto Teológico de Vida Religiosa, en la persona del director, el P. Bellella, por el acierto en el tema”, se congratuló. Finalmente, el P. Jesús Miguel Zamora, secretario de la Conferencia Española de Religiosos, lugar de encuentro de los religiosos españoles, animó a abrirnos a “el Espíritu del Resucitado que llena la historia, esta historia que construimos con otros. Por tanto, me siento profundamente agradecido por la presencia de todos los que estáis hoy aquí. Os pido que en comunidad adoremos a Dios, que se hace vida en estos días de profundizar en la relación”, exhortó.
Por último, tomó la palabra el P. Bellella: “«Somos relación. Somos en relación» es un enunciado que, aunque a primera vista pueda sonar algo extraño, aborda una clave de comprensión antropológica, al reconocer en primer lugar que la persona es y se construye en relación”, introdujo. Y a continuación, el misionero presentó el desglose de estos cuatro días: “Estas jornadas se asentarán en la novedad relacional que es en sí mismo Jesucristo; y, a partir de dicha fundamentación, se desplegará en cinco claves de bóveda que cargarán de contenido este Congreso: «La primera clave, que abordaremos esta tarde, es la antropológica, “nuestra condición filial”; la segunda clave nos ocupa todo el jueves, y es social y eclesial, “nuestra fraternidad y sororidad”. Seguidamente, el viernes 22 por la mañana nos detendremos en nuestra peregrinación por el tiempo, y en la tarde miraremos a los ámbitos en que nos movemos y debemos cuidar: creación de Dios, el nuevo espacio virtual, los lugares donde estamos. Por último, el sábado 23, dirigiremos la mirada al eje vertical, transcendente, a Dios, mirándonos como “adoradores en espíritu y en verdad”.
Para finalizar, el director del ITVR concluyó haciendo una pregunta retórica: “¿Sois capaces de imaginar una vida consagrada sin relaciones, ensimismada, absorbida por sus debates internos y perdida en su crisis, alejada de su identidad eclesial, privada del contacto con los hombres, descomprometida con el entorno, enajenada del tiempo o proponiendo un acercamiento a Dios meramente privado? Sin duda, no. Sin relación nada somos, sin entrar en relación nada hacemos. Sin relación no hay vida consagrada, porque sencillamente es imposible la vida”.