Todo tiene un principio y un final. El domingo 12 de abril se clausuró la 44ª Semana Nacional de Vida Consagrada que tanta expectación ha generado. La numerosa asistencia de participantes lo acredita. Entre los asistentes estaba el Emmo. y Rvmo. Sr. Don Ricardo Blázquez Pérez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, que tuvo una ponencia a media mañana. Y a pesar de ser la última jornada, ni mucho menos se dejó de comenzar el día con el momento de oración y silencio.
Crisis y Kairós: nueva oportunidad de conversión personal y pastoral. P. Gonzalo Fernández Sanz, CMF. Prefecto general de espiritualidad de los Misioneros Claretianos
El P. Pedro Belderrain Belderrain cmf fue el responsable de presentar la trayectoria y misión del P. Gonzalo Fernández Sanz cmf. Tras la correspondiente presentación, el P. Gonzalo tomó la palabra introduciendo el objeto de la conferencia: crisis y Kairós. Anunció su intención de realizar la conferencia apoyándose con medios audiovisuales.
A modo de introducción, el P. Fernández Sanz analizó el significado de crisis en nuestros días. Desde lo que entiende la mayoría, que es la pérdida del estado de bienestar, hasta la concepción de crisis como una oportunidad, purificación o discernimiento. Por eso, defendió que si la Vida Religiosa está en crisis, que se entienda desde esta segunda categoría.
En primer lugar, puso de manifiesto cuáles son los rostros de la crisis en la Vida religiosa. Entre las características de estos rostros mencionó las siguientes: la crisis numérica, la crisis de relevancia, la crisis de identidad y la crisis de desaliento. Estas crisis van caracterizando a grandes rasgos las dificultades de la Vida Religiosa.
En segundo lugar, dio algunas claves para afrontar todas estas crisis que afectan a la Vida Religiosa de nuestros días. Para ello recurrió a la categoría de la terapia en diversas etapas. La primera es la etapa de la autoexploración que consiste en mirarse a uno mismo. La segunda etapa es la de la comprensión, que se caracteriza por saber mejor quién es uno mismo. La tercera etapa es la de la responsabilidad, aquella que asume los compromisos que se adquieren. Para el P. Gonzalo esta etapa es muy importante dado que es la que permite madurar y afrontar muchos de los problemas. Y la cuarta etapa es la del compromiso que consiste acoger una misión concreta desde la profecía.
En tercer lugar, aludió a la transformación de la crisis en kairós desde la persona de Jesucristo narrado por el capítulo 4 de Marcos. Partió de los datos bíblicos del Jesús que habla en parábolas. La asunción del mensaje de las parábolas en la Vida Religiosa es un gran signo capaz de contemplar la Vida Religiosa como un kairós. En un segundo momento mencionó la clave de la espiritualidad. Para ello sugirió la necesidad de acoger el decrecimiento y la pequeñez evangélica. También puso de relieve la urgencia de pasar de una vida útil hacia una vida significativa. A consecuencia de esto, resaltó la necesidad de combinar cercanía-lejanía con la gente. Y sobre todo, invitó a todos a beber de las fuentes de la alegría.
En tercer lugar explicó la clave psico-sociológica con cuatro “ingredientes”: acabar con el pesimismo, atrevernos a cambiar, hacer de la crisis una oportunidad, romper el tablero social y eclesial y salir a la calle. Y concluyó su ponencia dando algunos consejos. En este sentido, recordó la presencia del Espíritu Santo y la necesidad de aprender y salir de la zona de confort. Y modo de tweet, finalizó diciendo que la crisis de la Vida Religiosa tiene que ser una oportunidad.
El Año de la Vida Consagrada. Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Ricardo Blázquez Pérez. Presidente de la Conferencia Episcopal Española
En la última conferencia de la Semana Nacional, la mesa presidencial contó con la presencia del P. Carlos Martínez Oliveras cmf, director del ITVR; el P. Josep María Abella Batllé cmf, superior general de los Misioneros Claretianos; la Hna. María Rosario Ríos, Vicepresidenta de CONFER, y con la presencia del Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Ricardo Blázquez Pérez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, que fue presentado por el P. Martínez Oliveras.
Acto seguido el cardenal Blázquez tomó la palabra agradeciendo la invitación y la felicitación por su reciente nombramiento como cardenal por el papa Francisco. Comenzó su discurso relacionando el tiempo litúrgico de Pascua con el acontecer actual de la Vida Religiosa, como aquella forma de vida que también está inserta en la historia de Salvación.
En un primer momento desarrolló la travesía pascual de la Vida Religiosa. Aludió a los acontecimientos que dan lugar a la incertidumbre en la Vida Religiosa (envejecimiento, disminución o pérdida de vitalidad). A su vez expresó su deseo de que se haga patente la revitalización desde el misterio pascual. Invitó a hacer memoria de la historia personal y congregacional. Después hizo esta pregunta ¿somos resto o somos residuos? En línea con la anterior conferencia, invitó a acoger la crisis desde la categoría de purificación y de una nueva oportunidad. Recordó que: “la Vida Religiosa es una forma original y preciosa de seguir a Jesús”.
En un segundo momento, hizo alusión al seguimiento de Cristo en relación a la Vida Consagrada. En este sentido, puso de relieve cuál es la especificidad de la Vida Consagrada que se concreta en la virginidad, la pobreza y la obediencia, haciendo referencia al mismo estilo de vida con el que vivió Jesús. Por otro lado, hizo un parangón antagónico entre los tres votos y las situaciones que hieren a la humanidad. En los votos se contempla una opción de vida que humaniza a las personas y las libra de situaciones de explotación, de codicia y de individualismo. Pidió a los participantes a que fuesen “Evangelio encarnado”.
Y en un tercer momento, puso de relieve la base común de todas las vocaciones en la Iglesia: el bautismo. Recordó la necesidad de que ante todo, lo más importante es ser cristiano. Por eso, defendió que cada una de las vocaciones cristianas es un don para todo el Cuerpo de la Iglesia. Cada una aporta su grano de arena. En este sentido, aclaró que la Vida Religiosa es también un don específico para el servicio de la Iglesia. Por otro lado insistió en la necesidad de la Evangelización en una sociedad más descristianizada. A colación de esta urgencia, agradeció la presencia y labor que ha tenido la Vida Religiosa en las situaciones de carencia, sufrimientos y marginación. También insistió en que la Vida Religiosa es una vocación que da sentido a la existencia porque está arraigada en la misma vida de Jesús.
Concluyó diciendo que gracias a la Vida Religiosa, la Iglesia ha sido capaz de llegar a todos los rincones del mundo para anunciar el Evangelio. Alabó la disponibilidad que tantas religiosas y religiosos han mostrado. Acto seguido suscitó la siguiente pregunta: ¿Qué ves en la noche, dinos centinela? Con este cuestionamiento, invitó a aprehender la dimensión profética, y a retener en la memoria que solo Dios basta.
Conclusión de la Semana Nacional
Tras el discurso del cardenal Blázquez, el P. Carlos Martínez Oliveras inició unas palabras a modo de eco y de agradecimiento por las conferencias que a lo largo de estos días los participantes han podido disfrutar. Una vez finalizado el discurso de agradecimiento, todos los participantes tuvieron la oportunidad de celebrar la Eucaristía, fuente y culmen de la vida cristiana presidida por el mismo cardenal Blázquez