Sede A
Empezamos la sesión con la síntesis de parte de los conferencistas de la tarde anterior, cuyo contenido fue sobre la carta de San Pablo a los Gálatas.
La Hna. M. Antonieta Bruscato nos recordó:
La cultura actual valora mucho a la persona, promueve su dignidad, pero también, expresa muchas formas de idolatrías que condicionan la libertad de la persona. La libertad es una realidad compleja, ambivalente. Asimismo, es un don, camino, es llamada, es progresiva, poco a poco se la construye; es un proceso de purificación. Dios respeta la libertad de la persona.
La carta a los Gálatas es llamada Carta Magna de la libertad cristiana. Ésta expresa que Cristo es la fuente de libertad, y como cristianos debemos corresponder a esta libertad plena en Cristo, quien nos invita a expresar la libertad en gratuidad, generosidad para los demás, entonces la libertad es compromiso. La verdadera libertad es Cristo que vive en nosotros. Optamos por la libertad porque vivimos bajo la acción del Espíritu.
La fe no es meramente traspasar ideas, sino es experiencia que involucra a todo el ser de la persona. La modernidad y la postmodernidad, pueden llevar a derribar los fundamentos de libertad, porque se centran en la autorrealización de la persona.
Somos amados por Dios, y nos toca responder al proyecto que Él tiene para cada uno de nosotros; no debemos quedar anclados en el pasado, sino estar dispuestos a acoger las manifestaciones de Dios en nuestra vida. El camino de libertad se hace en el camino de la caridad.
Por eso, en la vida religiosa, debemos estar atentos al poder liberador de la Palabra de Dios, a través de la práctica de la Lectio divina; construir comunidades liberadas, con estructuras esenciales que propicien el crecimiento humano; vivir la autoridad-obediencia como relación liberadora, donde se comparten intereses, mediante el discernimiento de la voluntad de Dios, expresados a través de un servicio de animación, servicio de comunión y servicio al carisma.
El profesor Severiano Blanco, compartió:
Pablo no nos habla tanto de una experiencia de conversión, sino más bien de su vocación, se reconoce llamado por el Señor, es apóstol. Se siente enviado a fundar comunidades, Dios le hace ver que debe estar de parte de los judeocristianos, Dios está presente con ellos.
La ley judía no era el camino para estar con Dios; porque desde el ser pagano también se puede ir a Dios. Los de Galicia eran paganos, celtas; Pablo les predica a Jesús y se convierten, se hacen también pueblo de Dios, creen en el Señor Jesús. La comunidad centra su vida en Cristo.
Surgen predicadores que quieren incluir la práctica de la ley judía, Pablo los considera unos intrusos, no les permite esto, y él defiende su predicación. Pablo mantiene la tesis sobre la gratuidad de la salvación, que no depende de la autosuficiencia del hombre, ni de gloriarse así mismo. Pablo habla de tres alianzas, la intermedia, la de la ley, es la menos válida, pierde su valor con la llegada de Cristo, signo de la nueva alianza.
En el Concilio de Jerusalén, se escucha el discurso paulino en boca de Pedro. No se puede imponer leyes que no se pueden cumplir. Lo que hay que buscar es la sanación del hombre, el hombre es curado cuando expresa el acto de fe en Jesús. El querer de Dios, se manifiesta en el querer de la persona. Los gálatas convertidos dicen que el judío puede cumplir la ley, pero no es suficiente, porque el cristiano está sobre la ley, y para ello hay una nueva alianza, la de Jesús, que es la nueva ley. Pablo invita a vivir en comunión con Cristo Jesús, porque Él es la norma suprema, y así como lo expresa, Cristo es quien vive en mí.
De parte de la asamblea se formularon algunas preguntas, sobre todo en relación a la libertad, al legalismo, a la gracia y a la ley la relación entre el amor y la caridad, cómo creer hoy en esta realidad. Se dijo que de parte de la vida religiosa el vivir según Cristo es fundamental, expresado en el testimonio, en la propuesta de Jesús. Las normativas sobran si estamos convencidos de vivir en la libertad y caridad según Jesús, porque transformamos nuestras vidas en torno a su persona, como Pablo que vivió un impacto profundo de Cristo.
Después de tomar un momento de receso, se prosiguió con la segunda parte, el compartir la reflexión sobre el texto de la carta, cada uno tuvo la oportunidad de expresar una frase o texto de interpelación sobre la vida religiosa. Se prosiguió con encontrar contenidos de la carta que nos puedan seguir animando en nuestra forma de vida, se tomó un momento de reflexión personal, luego se compartió en pequeños grupos. Con el propósito de ofrecer al Señor el trabajo de la mañana, se pasó a la celebración de la eucaristía.
Sede B
10:00 am: Comenzaba la jornada de este jueves con un tiempo de silencio, recogiendo resonancias de la jornada de ayer, para luego compartir en grupos lo reflexionado personalmente y exponer posteriormente en un plenario ampliado.
Luego de lo compartido, tuvimos el descanso para dar paso a los ponentes de ayer: Severiano Blanco CMF Y Antonieta Bruscano FSP.
Les comparto una de las líneas fuerzas desde lo compartido con “La carta de libertad cristiana en nueva Alianza (Gálatas) por Severiano Pacheco CMF, que como buen experto paulino nos condujo a la teología de la carta.
En vez de hablar de “Conversión de Pablo”, ¿no sería mejor hablar de “Vocación de Pablo, encuentro de Pablo con el Señor? Lo que hizo Pablo, fue dar un paso decisivo desde su ser de judío, aprendió que la ley judía no es el camino indispensable para estar a bien con Dios. Pablo es optimista y cree que lo que sucedió con él, acontecerá con todo el pueblo judío.
En Galacia, Pablo encuentra puro paganismo, no hay judaísmo, es un pueblo sin antigua alianza como presupuesto, esto le sirve a Pablo para confirmar que la ley judía no es indispensable para estar a bien con Dios.
Pablo va reformulando su sentir y vivir, hasta llegar a la conclusión, que más allá de la ley, el bien y el mal, está la caridad para buscar la voluntad de Dios. Es la nueva ley: Tener a Cristo como guía, no es una carga, es lo que le hace exclamar: “Dios mío lo quiero y llevo tu ley en mis entrañas”.
Antonieta Bruscano FSP, hizo gala de su carisma paulino, su manera de comunicar y su expresión tocaba el corazón de los semanistas, las líneas fuerzas de su ponencia “¿Qué caminos de libertad y liberación ofrecen hoy nuestro institutos. Una relectura a los Gálatas” fueron:
► La libertad es calidad de nuestra naturaleza humana, un don, un llamado, un camino de progresiva liberación.
► La Carta a los Gálatas es la magna carta de la libertad “Para ser libres, nos libero Cristo”, Él es la fuente de nuestra libertad, el cristiano tiene una vocación de libertad.
► Camino de libertad en la Vida Religiosa pasa por construir comunidades liberadas, formadas por personas normales, con dificultades y problemas, pero con conciencia de que somos amados, elegidos, para alabanza y gloria de la Trinidad. Comunidades liberadas, comprometidas con la llamada, según nuestras posibilidades, contando con la gracia que Dios nos da.
► El fruto del Espíritu que ha de hacer florecer la Vida Religiosa hoy: una conciencia más clara de nuestra realidad personal e institucional de ser amados, acogidos por Dios, es el mayor impacto que podemos causar, dando fundamentos teológicos-bíblicos. Esta conciencia nos hará actuar en consecuencia, dando testimonio de esperanza ante tanta falta de esperanza.
Terminaba Antonieta con una exhortación a los semanistas: “Nuestras vidas comunitarias han de ser escuelas de madurez, espacios de crecimiento, caminos de libertad, ejercicio continuo de la propuesta de Jesús: AMAR.
Terminábamos la jornada de la mañana con la Eucaristía.
José Alberto, Op, cronista