Las víctimas de cualquier tipo de abuso originado en el seno de la Iglesia es un tema que tanto diócesis como institutos de vida consagrada y movimientos laicales se siguen tomado muy en serio. “Para abordar la cuestión de los abusos, tan solo la idea de prescindir de las víctimas sería cometer una grave injusticia”, constataba el P. Antonio Bellella, director del Instituto Teológico de Vida Religiosa, en la presentación de la IV Jornada de estudio sobre el abuso de poder y de conciencia que tuvo lugar el pasado viernes 15 de noviembre. En términos parecidos se expresaba Fray Jesús Díaz Sariego, op, a primera hora del día de hoy, 20 de noviembre, jornada de Oración y Penitencia por las víctimas de abusos en la Iglesia. De tal modo, el presidente de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) afirmaba que “el objetivo no lo hemos perdido, son las víctimas. Ellas son el centro de nuestro trabajo, de nuestro discernimiento, de nuestro apoyo, de nuestro acompañamiento”. Incluso el papa Francisco, en un vídeo-mensaje enviado a la Fundación Justice Initiative hace tres días, donde agradecía el Premio Save the Kids con el que fue galardonado, tuvo palabras para con las víctimas: “Gracias por lo que hacen, por seguir luchando para evitar cualquier injusticia”, expresó el pontífice argentino.
La centralidad de las víctimas obliga a pensar en términos de justicia y reparación, y estos fueron los dos aspectos que congregaron a través de una plataforma online a un buen número de participantes provenientes de ámbitos muy diversos a la jornada de formación que organizó esta casa el pasado viernes. Así, fiel a su compromiso con la reflexión que ayude a desenmascarar, evitar y prevenir cualquier situación abusiva, el ITVR organizó una tarde de estudio dirigida por Roberto Pérez Conejero, miembro del Equipo Humanizar.
“Nuestros protocolos de prevención ante cualquier tipo de situación de abusos, aquellos que hemos trabajado y publicado, han de llenarse de contenido con el diálogo que establecemos entre nosotros como Iglesia y con las víctimas”, advirtió el conferenciante. “No pueden quedarse en papel guardado en un cajón”, continuó procurando aportar una visión transformadora de las estructuras para abordar esta cuestión desde nuestras comunidades. “Nos duele escuchar el clamor de las víctimas: este es nuestro primer motor. Sin él, no sería posible ni la justicia ni la reparación”.
Por ello, Pérez Conejero quiso repensar el término justicia, situándola bajo el foco de la virtud. “Necesitamos otorgar a la víctima más protagonismo”, afirmaba. “Víctima e institución han de compartir un proceso personal, cada uno frente a la herida del otro, transitando juntos un camino que será descubierto a la vez por ambos”. “Si buscamos la justicia, hemos de jugarnos el tipo junto a aquel que sufre”, aseveró.
La sesión de estudio que se ofreció el viernes forma parte de un programa más extenso que requiere de un próximo encuentro. De tal modo, el tercer sábado del próximo mes de enero, de la mano de Susana Vilas Boas, profesora-investigadora de la Université Catholique de Lyon, buscaremos el horizonte del perdón desde el punto de vista cristiano, yendo más allá del alcance jurídico -e incluso penal- de esta cuestión. Su intervención está enmarcada bajo el título Del abuso a la Esperanza: el Perdón como dinámica libertadora. Pueden formalizar las inscripciones pinchando en este enlace.