Primera ponencia y coloquio
Con la presencia de la Virgen María como puente de luz, de paz y de amor en la oración, nos adentramos en el tercer día de la semana de la Vida consagrada, tras las huellas de la belleza. El cual iniciamos con la ponencia Elogio de la belleza del Prof. Pedro M. Sarmiento Caballero, CMF. Quien comenta que la belleza en cada lengua recibe un nombre y tiene muchos significados, por lo que decir un único significado de ella es difícil, lo que sí es posible afirmar que la belleza es universal. La belleza es el objeto del anhelo, ella determina el comportamiento, lo que pensamos y sentimos.
Se busca la belleza por dos caminos, el exterior de la estética y el interior de la ética, esto hace que se encuentre de manera distinta en la persona. Pero no debe de ser así, ya que en la persona de Jesús, la belleza interior deslumbra su exterior, le trasfigura. Por eso creer en Jesús, implica desarrollar la estética de la existencia, cultivarla con la serenidad. Hacer esto da la oportunidad de mostrar al mundo que se puede hacer de la historia personal una verdadera obra de arte, como fruto de la gracia de Dios que colma todas las esperanzas, así como lo hizo la Virgen María.
El Coloquio Mostrar a Dios en el arte tuvo como protagonistas a M. Isabel Guerra Peñamaría, O. CIST., a Fray Nacho, O. de M., como ponentes y al Prof. Pedro M. Sarmiento como moderador, quien retomando ideas de varios autores fue haciendo las preguntas.
P. M. S.: Partiendo del hecho de ser los dos artistas religiosos, retomando a Platón les preguntó: ¿Cómo se consideran como personas?
M. I. G. P.: Todos participamos de la verdad, vivimos en la belleza y por eso soy igual a todos como persona.
Fray N, O. Los dones que Dios regala son un privilegio, pero la normalidad de la vida hace que en todo momento se busca la humildad, no hay que creerse más que las otras personas.
P. M. S.: Con Goethe les preguntó: ¿Qué capacidad tiene sus creaciones para producir felicidad?
M. I. G. P.: Muchas personas me dicen que al observan mis obras experimenta paz.
Fray N, O.: Claro, la historia personal es una banda sonora por la felicidad que se ha recibido, nuestra vocación se identifica con una canción.
P. M. S.: Con Hegel les preguntó: ¿Es verdad que todos tenemos algo de artista?
M. I. G. P.: Todos tenemos las huellas del gran Artista y por lo tanto estamos en obligación de cultivar el arte de vivir.
Fray N, O.: Cada uno en su actividad es un artista y al compartirlo como don se muestra que único en su campo.
P. M. S.: Con Flaubert preguntó: ¿Cómo es la experiencia interior tras cada obra, desgarradora o armoniosa?
M. I. G. P.: La humanidad se mueve entre el dolor y el gozo, esto ayuda a superar las limitaciones, porque se descubre que aunque se quiera no se llega a la perfección absoluto.
Fray N, O.: La música es terapia que ayuda a ubicar la vida en la oración, por lo tanto mi música responde al anhelo de buscar el amado, es una experiencia dulcemente desgarradora.
P. M. S.: Con Schopenhauer preguntó a Isabel: ¿Ha aliviado un dolor en alguien?
M. I. G. P.: Muchas personas dan testimonio del encuentro con la fuerza sanadora al observar un cuadro.
P. M. S.: ¿Un artista religioso es un famoso o es un testigo famoso de Jesucristo?
M. I. G. P.: No se puede negar ninguna, es mejor aceptar las dos, sabiendo que ser artista en mucho más.
Fray N, O.: El escenario es tiránico, por eso lo importante está en que se es persona que cultiva los dones de Dios.
Segunda ponencia
La ponencia La belleza, clave teológico-espiritual del Card. Philippe Barbarin, Arzobispo de Lyon y Primado de las Galias (Francia), fue presentado al auditorio por el P. Carlos Martínez Oliveras. Ésta es una invitación para abrir los ojos y ver la hermosura del cristianismo. En el cual se da el camino del bien, del servicio, que lleva a todos al atrayente esplendor, a la trasfiguración. Allí se da la hermosura espiritual, la alabanza a la Santísima Trinidad. Al desbordar la pequeñez de las comprensiones construye la historia vocacional. Por ello la vida consagrada es presencia hermosa de Dios en medio del pueblo, porque es signo de lo último al vivir, amar y actuar con su diversidad en la unidad de Trinitaria.
Es que la persona que sigue a Cristo, el hombre perfecto, hace visible lo hermoso de Jesús, el más bello de los hombres, porque el amor de Dios hace hermoso al hombre. Todos estamos llamados a decir con Jesús sí al amor de Dios para que se dé la trasfiguración, para vivir la hermosura que nos viene como don. Por ello hay que abrir el corazón a la gracia de Dios, que lo trasforma todo, para sanar la maldad que hay en nuestro interior y poder así con la fraternidad mostrar que otro mundo es posible
La fraternidad es la que le da cuerpo a la vida consagrada, es la que permite alabar a Dios a una sola voz y esto es lo que le hace ser signo de la belleza ante la sociedad. Hay que seguir alimentando al pueblo con la Palabra, para que ella siga su curso en el mundo dando hermosura, incluso allí donde están todas las esclavizaciones de este tiempo. Hay que despertar el entendiendo por la primera bienaventuranza, para descubrir que la vida espiritual es actitud para iniciar, para aprender, para descubrir la gratuidad del amor de Dios. Desde ahí se capacita para acoger a los pobres, se comparte la alegría y se ayuda a que otros descubran el amor de Dios.
Tercera ponencia
En la tarde con la ponencia Itinerario espiritual hacia la belleza interior. Los maestros de Oriente del Prof. Mariano Sedano Sierra, CMF., fue introducida por el Prof. Pablo Largo, quien presentó al ponente como un hombre que se ha hecho para vivir en el frío, porque se ha abrigado con el calor que genera el amor por la educación.
Por ello Don Mariano nos hizo saber que el monacato en Rusia ha tenido que enfrentarse con su ortodoxia, la (Tserkovnost) eclesialidad, que es la vida en el Espíritu que muestra la belleza. Porque lo sublime siempre atrae, hace sentar a la mesa. Además en oriente la belleza es hablar de alguien que nos abre los ojos, que nos hace ver lo hermoso, sin importar si se está en el cielo o en la tierra, ya que ella es lo único necesaria para vivir. Por eso la doctrina de la oración es la del respiro profundo, que nos adentra en la enciclopedia de la luz increada, que encarna en cada hombre a la persona de Cristo.
En el hombre hay dos principios, el del ciclope que capta la realidad de manera fragmentada, el segundo es el angélico que permite ver la realidad con muchos ojos, descubrirla en su totalidad. El amor es el que permite cultivar esta mirada, que se inicia en la contemplación y se expande hasta divinizar al hombre, como sucede con la naturaleza del carbón, que soportó la presión extrema hasta convertirse en un diamante capaz de trasparentar la luz. Esta es la vida de la ascesis, que inicia con la purificación del corazón y termina con el encuentro de la paz. Para realizar este camino se ha de cumplir los mandamientos, orando con la oración de Jesús, se llega al fondo de la vida, donde emana la vida espiritual. Allí está la mirada de Jesús que emerge de las ruinas, del dolor y nos contempla sin reproches, como lo hizo con Pedro. La vida cristiana es por lo tanto aprender a cultivar esta mirada, para percibir la belleza que salvará al mundo.
La tarde de música y oración con Fray Nacho, O. de M. en compañía con la guitarra de Alejandro y la ambientación de Mariola, nos introdujo en el mundo de lo hermoso, en el que desde lo más profundo de la existencia se descubre que solo Dios basta.