Último día de la Semana, dedicado a la «imaginación e innovación misionera», después de habernos formulado algunas preguntas y de esbozar un «plan de mejora».
Como en los días anteriores, también en la tarde de hoy todos nos pusimos en actitud de escucha de la Palabra de Dios. Íbamos a comenzar la tarde con un recorrido por ocho montañas de Palestina; nada más indicado que situarnos, desde el primer momento, al pie de monte de Galilea indicado por Jesús.
Los talleres matutinos se desarrollaron en los dos escenarios habituales: en la sede del Instituto y en el salón «Ángel Herrera». Dirigieron los talleres los dos ponentes de la tarde de ayer: el Dr. Don Juan Antonio Díaz de Rada y el profesor Gonzalo Fernández Sanz.
Las ponencias de la tarde del día 12 fueron una reflexión sobre la realidad. Se trataba de esbozar un «plan de mejora organizativa y de revitalización carismática». ¿Cuál es el perfil de un instituto que mejora en la misión, en la estructura y en el liderazgo? ¿Cómo relacionar el carisma con la institución de modo que podamos disponer de «claves» tanto carismáticas como hermenéuticas y organizativas? Fueron las dos preguntas guía de las ponencias del tercer día de la semana.
No podemos quedarnos en la profundidad de los pensamientos, ni extasiados ante lo sublime e inefable. Aunque dirijamos la mirada al cielo es preciso pisar la tierra. Aunque entornemos la mirada para concentrarnos en la belleza, es necesario abrirla para ver la realidad. Hoy abordamos de forma práctica el tema de la Revitalización y mejora organizativa. El trabajo de hoy y también el de mañana tienen un mismo título: «Plan de mejora organizativa y de revitalización carismática». Los semanistas se distribuyeron en dos grupos: uno en la sede del itvr y el otro en el salón «Ángel Herrera».Intervinieron cuatro superiores/as provinciales.
Pese a la «precariedad», pese también a que la Iglesia y la vida consagrada estén pasando por la fase baja de un ciclo histórico, los dos ponentes de ayer por la tarde dejaron abiertas las puertas a la esperanza. El cristiano es básicamente un ser optimista, por ser un hombre de esperanza, y la esperanza no falla. La historia, por su parte, nos obliga a levantar la mirada y a dirigirla hacia un futuro esperanzado.
Al comenzar el trabajo matutino, los asambleístas se dividieron en dos grupos. Unos doscientos veinte se reunieron en el salón de actos del itvr (C/ Juan Álvarez Mendizábal, 65, dpdo); los restantes continuaron en la sede de la Semana: «Salón Ángel Herrera». Los dos grupos tenían una misma finalidad: trabajar en forma de taller, dirigido por los ponentes del día anterior: Profesores Pedro Belderrain y Miguel Ángel Orcasitas.
Un año más, el Instituto Teológico de Vida Religiosa (itvr), comenzó su Semana Nacional de Vida Religiosa a las cinco de la tarde del 10 de abril. Es la trigésimo sexta semana, cuyo título reza así: «Revitalización carismática y mejora organizativa». Han acudido a la convocatoria unas setecientas personas, procedentes de 30 países. Es de lamentar, una vez más, que los varones tengan tan sólo una presencia representativa